viernes, 12 de septiembre de 2014

CONCELLOS LIMITROFES: GRANDAS DE SALIME



Grandas de Salime
Concejo de España
Escudo de Grandas de Salime
Escudo
Ubicación de Grandas de Salime
Coordenadas: 43°13′04″N 6°52′33″O / 43.2176587, -6.8757234Coordenadas: 43°13′04″N 6°52′33″O / 43.2176587, -6.8757234 (mapa)
Capital Grandas
Entidad Concejo
 • País Bandera de España España
 • Com. aut. Flag of Asturias.svg Asturias
Alcalde Eustaquio Revilla Villegas (PSOE)
Subdivisiones Parroquias: 7
Superficie Puesto 31.º
 • Total 112,55 km²1,06%
Altitud
 • Máxima Pedras Apañadas, 1.204 msnm
Población (2013) Puesto 61.º
 • Total 973 hab.0,10%
 • Densidad 8,65 hab/km²
Gentilicio grandaleses / grandalesas
Código postal 33730 al 33739
Partidos judiciales de Asturias Castropol



Grandas de Salime es un concejo de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias, España. Se encuentra situado en el interior de la Comarca Occidental del Principado de Asturias, limitado con la provincia gallega de Lugo por el sur y con los municipios de Santa Eulalia de Oscos, San Martín de Oscos, Pesoz y Allande. Cuenta con una población de 973 habitantes (INE, 2013). Su capital es la villa de Grandas.
El embalse de Salime, inaugurado en 1954, y construido sobre el río Navia, constituye una de las señas de identidad del concejo y de la comarca.
El municipio es conocido también como una etapa en el Camino de Santiago. Como parte del camino de Santiago constituye el último tramo asturiano de la Ruta Jacobea Primitiva antes de adentrarse en Galicia a través del Puerto del Acebo.
Es uno de los municipios en los que se habla eonaviego (o gallego-asturiano).

Historia

Prehistoria y romanización

El concejo tiene gran cantidad de restos tumulares y otros restos materiales como cazoletas, figuras humanas, hachas pulimentadas y metálicas, etc. Todo esto fue encontrado en los túmulos de Chao de Cereixeira, el pico de La Cancela, y en Monte Bornela. También hay restos de estructuras funerarias en la Xorenga y Zarro.
La época castreña también tiene en el concejo sus restos como son: el castro del Chao Samartín, el castro de Pelou o el castro de Valabilleiro, todos ellos con restos de utillaje, como hachas pulimentadas, un hacha de talón de bronce con dos anillas o con una sola anilla. Todos estos castros están enmarcados en lo que era el sector lucense, habitado por pueblos galaicos prerromanos y actualmente están siendo excavados por un equipo arqueológico.
La época romana, afectó a todo este sector, principalmente por la fuerte actividad minera llevada a cabo en esta zona donde hay abundantes yacimientos auríferos. Se conservan evidencias como los túneles excavados en Penafurada para llevar el agua a las explotaciones mineras de Valabilleiro.

Edad media y moderna

En su periodo Medieval ya tenemos noticias de que existía una demarcación denominada Granda, con una extensión mayor que la que tiene actualmente el concejo. Una gran influencia tuvo el monasterio de Villanueva de Oscos sobre estas tierras y sobre los concejos limítrofes. Fue Fernando II de León, quien otorgará a la iglesia de Oviedo las tierras de San Salvador de Granda y el castillo de Bourón, abarcando su poder a toda la zona occidental. Toda esta zona fue muy próspera, debido al paso de la ruta jacobea. El poder de la Mitra ovetense se prolongará a lo largo de los siglos, acumulando esta iglesia un gran patrimonio y poder en toda la comarca.
En el siglo XVI y XVII, con la desamortización de Felipe II, es cuando la iglesia ovetense perderá su hegemonía, se distribuirán lotes y serán sus habitantes quienes pagarían la redención. Uno de los lotes fue el que incluía las feligresías de San Martín de Oscos, Villarpedre, La Mesa y Salime, constituyendo estos tres últimos el concejo autónomo. Otro lote sería el integrado por las parroquias de Granda y Trabada. Aun así el poder señorial seguirá vigente en toda esta época y esto resultará patente en las elecciones de los representantes para la Junta General del Principado.

Siglo XVIII en adelante

Entre los siglos XVIII al XIX, es cuando a los concejos de Granda y Salime se les da nuevas ordenanzas que durarán poco, ya que se concederá a Grandas la capitalidad de uno de los partidos judiciales y en 1836 se integra el municipio de Salime en Granda, dando lugar a la actual demarcación de Grandas de Salime. Habrá nuevos cambios y en 1883, Grandas de Salime se unirá al distrito de Cangas del Tineo.
Otros acontecimientos del XIX, son la guerra de la Independencia que con el peregrinar de la Junta del Principado se reunió en Salime, o las guerras Carlistas, donde la columna carlista de Gómez dispersó la brigada Cristina de Famosa que tenía 3.000 hombres.
Tras la guerra se intenta reactivar el concejo, se construyó la Presa de Grandas de Salime que produjo un auge en la vida del concejo, pero a partir de su construcción hubo un éxodo rural sin precedentes, debido al anegamiento de las tierras más fértiles, o la pérdida de pueblos bajo las aguas, o la falta de vías de comunicación entre los pueblos.

Geografía

Tiene unas comunicaciones muy deficientes que van en torno a las carreteras AS-12 que sigue el río Navia y la AS-28 que va hacia Galicia. Su capital, la villa de Grandas, se encuentra a una distancia de la capital del Principado de 149 kilómetros. Sus principales núcleos de población, por número decreciente de habitantes, son: la villa de Grandas, donde se concentra la mayor parte de la población, Santa María, Cereijeira y Castro, todos ellos en la parroquia de Grandas de Salime.
Su territorio tiene unas cotas que se sitúan entre los 400 y 800 metros son relieves suaves y ondulados, Todo el territorio está atravesado por la Sierra del Acebo, su techo se encuentra en el monte Pedras Apañadas con una altura de 1.204 metros. Esta cadena montañosa ejerce de barrera a las influencias climáticas oceánicas, teniendo una menor pluviosidad que el resto de los concejos de Asturias, a excepción de Cangas del Narcea e Ibias con más marcado carácter continental. Sus cuencas fluviales son el Navia y el Agüeira.
El concejo cuenta con espacios protegidos en las sierras de Carondio y Valledor. Su masa arbórea autóctona es el roble y el castaño, se ha introducido, para la repoblación de determinadas zonas, al pino. Hubo una repoblación conjunta entre el Consistorio y el Patrimonio Forestal del Estado que afectó a una superficie de 3.115 hectáreas. Es un concejo eminentemente rural, donde toda su organización económica está en la villa de Grandas de Salime.

Parroquias

Según el nomenclátor de 2010, el concejo de Grandas de Salime se divide en 7 parroquias:[1]

Toponimia

En el año 2007 (por el Decreto 37/2007, de 12 de abril, por el que se determinan los topónimos oficiales del Concejo de Grandas de Salime) se oficializó la toponímia autóctona de Grandas de Salime.

Evolución demográfica

Gráfica de evolución demográfica de Grandas de Salime entre 1842 y 2010
Fue un concejo con una población muy estable hasta 1960, alrededor de 3.500 habitantes, su punto máximo lo alcanza en 1952 con 3.785 personas. La falta de emigración en esta época fue debido a la construcción de la presa de Salime que sirvió para fijar a la población, pero esto sólo logro fijarla por algún tiempo. Hubo una segunda parte que fue al anegar las tierras fértiles de cultivo, provocando un despoblamiento de la zona y una aceleración de la emigración.
En 1960 se produce su primera oleada emigratoria que trae consigo una pérdida de población de 1.085 habitantes, las siguientes oleadas fueron más pequeñas alrededor de 600 personas y la siguiente de 200 personas. Esta emigración fue de mayoría joven, que trajo como consecuencia la caída de la natalidad y un aumento del envejecimiento, ya que casi el 55% de la población se halla por encima de los 40 años.

Economía

Aproximadamente la mitad de la población está en el sector primario, destacando en él la ganadería. El sector secundario sólo absorbe un 25,1% de población mientras que el sector servicios que monopoliza todo el comercio tiene el 30,86%.
En los últimos años ha habido un incremento del sector turístico y de alojamientos como son las casas rurales que junto con el aprovechamiento de las posibilidades de ocio del embalse, lo cual contribuye a generar rentas complementarias en un concejo donde la población mayor de 40 años comienza a acercarse al 55%

Política

En el concejo de Grandas de Salime, desde 1979, el partido que más tiempo ha gobernado ha sido el CDS (véase lista de alcaldes de Grandas de Salime). El actual alcalde es Eustaquio Revilla Villegas del PSOE, quien gobierna desde 2004.
Elecciones municipales
Partido 1979 1983 1987[2] 1991[2] 1995[2] 1999[2] 2003[2] 2007[2] 2011[3]
PSOE 0 6 3 2 2 3 3 6 6
CD / AP / PP 0 3 1 1 0 5 4 3 2
GAI







1
UCD / CDS 11
5 6




IPG



6



CAS



1



PAS / URAS-PAS




1 2 0 0
Total 11 9 9 9 9 9 9 9 9

Arte

Entre sus obras destacan:
  • La iglesia parroquial de San Salvador de Grandas, el templo fue completamente remodelado en los siglos XVII, XVIII y XIX. Sigue conservando su portada románica aunque está empotrada en un muro, tiene cuatro arquivoltas semicirculares descansando toda esta estructura en impostas que tienen relieves de hojas. La iglesia actual es de planta de cruz, con una sola nave, crucero de cúpula sobre pechinas con cabecero y torre cuadrada. Toda la iglesia está rodeada por un pórtico sobre arcos de medio punto. Tiene en su interior un retablo obra de Juan de Castro de dos pisos y ático, dividido en cinco calles. Las calles se separan por columnas estriadas.
  • La casa rectoral, construcción rural del siglo XIX, realizada en mampostería de pizarra. Esta construcción es típica de la zona. Es un conjunto que tiene además de la casa, corral, hórreo y panera. Hoy en día está rehabilitada y alberga el Museo Etnográfico.
  • La casa Román del siglo XVIII, construida en mampostería de pizarra tiene una fachada sin apenas vanos. Su estructura es de patio interior con capilla adosada. Destaca en la puerta tres piedras monolíticas con tejadillo de pizarra.
  • La casa Magadán del siglo XVIII, su estructura es de torre cuadrada y de tres pisos con un ala rectangular a un lado. Destaca la entrada que es un gran hueco, sobre el que se sitúa el balcón. La casa está construida en el material tradicional que es mampostería y pizarra.
  • La casa Rubiero del siglo XVIII, es un conjunto de edificaciones alrededor de una torre. La puerta de entrada tiene arco de medio punto y sobre él su escudo nobiliario. Destaca la modestia de su construcción
  • La casa de la familia Robledo del siglo XVIII, su estructura es de bloque rectangular con galería abierta, tiene escudo en la fachada. La capilla está separada del edificio.
  • La central de Salime, construcción seleccionada por la organización Docolomo (Documentación y Conservación del Movimiento Moderno) por su significado dentro de la arquitectura moderna. Es obra de Joaquín Vaquero Palacios. De ella hay que destacar la sala de las turbinas con pinturas de su hijo Joaquín Vaquero Turcios, en la que se narra toda la construcción de la presa.
  • El Museo Etnográfico de Grandas de Salime, creado en 1986 reúne una gran cantidad de instrumentos tradicionales y que suman más de 8.000 piezas. Este museo era la antigua casa rectoral que fue rehabilitada según su primitivo estilo. En ella que podemos ver las diferentes dependencias de la casa típica rural: la cocina, el almacén de aperos, la destilería, el dormitorio, la cuadras y sus construcciones auxiliares como hórreo y panera. También tiene una importante colección de madreñas. Es el prototipo del museo vivo, ya que en él se puede observar en directo el trabajo de diferentes profesionales de la artesanía como son: tornería, telares, herrería, como la destilación de orujo y elaboración de vino dando como resultado un museo que supera lo meramente expositivo para convertirse en una muestra viva de la vida tradicional del concejo y de la comarca en general.

Fiestas

  • En marzo: el día 19 las de San José en Villarello.
  • En mayo: el día 15 las de San Isidro en Fogosa y el 29 Los Remedios en Santa María.
  • En junio: el día 13 de junio es San Antonio en Villabolle. Fiesta conocida por la subasta de productos típicos de la zona.
  • En julio: los días 2 y 3 las fiestas de Nuestra Señora del Carmen en Grandas de Salime, el día 21 las fiestas de Santa Marina en La Coba.
  • En agosto: el primer fin de semana la jira campestre de San Julián y San Salvador en Grandas de Salime, el día 16 San Roque en Escanlares, el último domingo del mes la fiesta de la Sardina en Grandas de Salime y el 31 la fiesta de La Bellido en Teijeira.
  • En diciembre: el día 31 la celebración de Santa Colomba en Villarmayor.
  • En mayo: a finales la fiesta de La Virgen de los Remedios en Santa María.

Personajes ilustres

 
 

 

 
 

La que gobierna el Gran Navia

Referencia urbana y de servicios de la cuenca interior que baña el río occidental, la villa grandalesa necesita proyectos de dinamización y una mejora integral de las comunicaciones

La villa de Grandas pertenece al reino cimero. Desde la alta meseta en que se ubica, orlada por los tajos profundos del río Navia y su afluente el Agüeria, gobierna la tierra media del Gran Navia. La alargada meseta culmina en el Acebo y Piedras Apañadas, aventados y solitarios lugares que por eso se hacen inevitables solares eólicos y también irremediable nudo de comunicaciones hacia los Oscos, Ibias y Fonsagrada, lo que revela el papel vertebral de la carretera naviega como colector de base del occidente astur y aún de las tierras vecinas gallegas y bercianas, lo que contrasta acusadamente con su estado actual, cosa que ayuda muy poco a la estructuración de esta Asturias interior de tantos olvidada.
El valle del Agüeria es una profunda trinchera que al Oeste pone límite a la burbuja asturiana de Grandas, separándola de la de los Oscos, mientras que al Este la trinchera, aún más profunda, está anegada por las embalsadas aguas del Navia, que se prolongan por el vecino enclave gallego de Negueira de Muñiz. Entre ambos se extiende una superficie alomada y cubierta de praderías, en una de cuyas vallonadas se asienta la villa de Grandas, protegida de los vientos del Noroeste y suavemente tendida hacia el Mediodía, antes de caer hacia el profundo Navia.
El Navia hace décadas que vio anegado su valle por el embalse que sepultó puente y pueblos y hoy separa ambas márgenes. La vieja carretera, cortada en Villarpedre por las aguas, es hoy un buen símbolo de la marginalidad de Grandas y de su difícil comunicación con el centro del país, con la costa e incluso con las villas vecinas. Cuesta llegar a Grandas, pero el camino y la villa merecen el viaje, más fácil desde Fonsagrada debido al arreglo reciente de la carretera, lo que parece inclinar la villa hacia Galicia y la salida hacia Madrid. El valle del Navia y la carretera interior entre Oviedo y Lugo son ejes imprescindibles para la red asturiana de carreteras, por eso merecen ser reconsiderados y seguro que de ello se beneficiará la pequeña villa. Para llegar a Grandas desde cualquier parte de Asturias hay que hacer mucho camino, carretero y espiritual; es, por tanto, una villa de camino iniciático y, por eso, en el camino puede tener su futuro.
Pero, por el momento, la lejanía y las dificultades de comunicación parece que tienen algo que ver con que Grandas haya sido uno de los concejos que más población ha perdido en la primera década del siglo, ya sólo son 1.036 sus habitantes. De ellos, 504 corresponden a la villa, que tenía casi 600 en 2001. A falta de un adecuado antídoto, en forma de proyecto, el territorio del concejo se está despoblando a ritmo acelerado, pues 800 de sus residentes se concentran en la parroquia de la villa.
El asunto de las comunicaciones en el interior de Asturias es estratégico, porque de las carreteras y caminos depende la comunicación física. Son soportes de movilidad. Con la que se activan los proyectos de desarrollo territorial. Con ellos se logra el mantenimiento de un cierto grado de ocupación del territorio y un mundo rural vivo. Integran el amplio esquema de ordenación de su territorio, con el que de manera no espontánea el país se enfrenta de forma concertada a luchar por un futuro compartido por cada una de sus localidades. Y Grandas es la referencia urbana y de servicios del Navia interior, agreste y desconocido país donde se interpenetran tres grandes regiones españolas, por eso Grandas no debería ser vista como situada en una esquina, sino en el centro de tan singular país de capacidades territoriales muy atractivas y una evidente debilidad relativa. Centralidad interregional, camino, atractivos singulares y debilidad vital son elementos a conjugar por el futuro proyecto que Grandas debe presentar para el territorio de su gobierno como alternativa vital a la condena por inacción.
Hoy parece que la única idea para el Navia es producir energía eléctrica, en los viejos embalses y en los nuevos eólicos, sin apenas empleo vinculado ni, por tanto, población. Mientras, aguantan como pueden la ganadería y la industria de transformación agraria. Grandas parece quedar al margen de la vida regional, como hito en el viejo Camino de Santiago, entendido como simple recurso para mantener alguna actividad turística, sobre un eje de comunicación de impresionante paisaje e historia.
Pero tenemos aún una buena villa, prestadora de servicios básicos para una ya pequeña población rural y una inmensa población potencial que busca en otros lugares lo que aquí, Grandas, puede ofrecerle. Una burbuja todavía henchida de vida ganadera, forestal, industrial y de servicios que busca futuro y al que hay que ayudar a dar pasos hacia el exterior. Proyectándola lejos. En primer lugar, asegurando sus comunicaciones, afrontando la mejora radical de los ejes principales del occidente interior, de La Espina a Grandas, con túnel en El Palo, y a través del valle del Navia hasta Ibias. Ejes de futuro para un territorio que no está condenado a nada. El occidente interior tiene recursos y atractivo, aunque hoy la actividad se vuelca hacia la costa, a lo que ha contribuido poderosamente la construcción de la Autovía del Cantábrico.
El viejo Camino de Santiago está marcado por la presencia de hitos y villas como Grandas, que deben tener continuidad porque representan una parte fundamental del ser asturiano. Si un pedazo se necrosa la totalidad queda afectada. Diariamente hay que poner los medios para que esto no suceda, no solamente con el reequilibrio en los servicios, sino con proyectos de dinamización productiva, con la ganadería, la explotación forestal, la agroindustria y la producción eléctrica que han hecho la Grandas actual. A ello se le va añadiendo la actividad de ocio y turismo vinculado al patrimonio histórico, al camino, a la aventura y al embalse. Y al singular y atractivo paisaje. Son recursos suficientes para sostener lo que hay y para abrir paso a nuevas formas de actividad, de ver y entender el territorio. Abrir el futuro, diciendo no al despoblamiento e hinchando de actividad burbujas territoriales que se eleven desde los lugares del país para ser vistas desde el mundo.

Renovar los caminos

Grandas de Salime ha trabajado por la recuperación del antiguo Camino de Santiago y por vincular nuevas actividades. Y por recrear la actividad tradicional y darle un sitio en la nueva economía. Patrimonio histórico y museo son recursos fundamentales, junto a las actividades tradicionales. La villa grandalesa necesita empuje local para hacer más cosas y mantener el ritmo. Pero también necesita apoyos y mejoras, que solo pueden venir desde el exterior, como ocurre con las comunicaciones, tanto hacia la costa y la Autovía del Cantábrico como hacia el centro de Asturias. Hay que seguir renovando los caminos.

 

El museo y el prado

Villa de servicios demográficamente menguada y envejecida, Grandas expone su oferta extensa en el sector del ocio sin renunciar a la iniciativa que necesita para volver a explotar los recursos del campo o los bosques

Poco antes del mediodía, Marta Leitão y Juan Sales han detenido un momento el camino para entrar en la «boca de la ballena». El mirador, diseñado por el artista Joaquín Vaquero Turcios, está colgado de una peña encima de la presa de Salime y, efectivamente, lo comprobarán cuando dentro de un rato lo miren desde abajo: su forma imita a las fauces de un cetáceo. Ella es portuguesa, él ibicenco, llevan nueve días de camino desde Oviedo y calculan que les quedan otros once hasta Santiago. La etapa de hoy, la penúltima del trayecto en territorio asturiano, les llevará dentro de algo más de seis kilómetros a Grandas de Salime, una vez atravesado el embalse por encima de la presa y bordeado en ascenso hasta la villa capital del concejo grandalés. Es miércoles y sólo acaba de comenzar la primavera, pero no están solos en el camino. Por la carretera AS-14, que viene a Grandas desde Pola de Allande atravesando el puerto del Palo, pronto aparecerá también una familia de cuatro miembros, y poco después al menos otra decena de caminantes desperdigados… Hasta cinco moteros han parado a hacerse fotos encima del embalse; también van camino de Santiago, pero ni peregrinan ni siguen la ruta exacta: vienen de Barcelona y están trabajando como «probadores de neumáticos». Son las modalidades muy distintas del camino primitivo de Compostela a su paso por Grandas de Salime, la constatación espontánea de que a lo mejor acertará el empresario hostelero José Lombardía, «Bolaño», cuando sostenga que la ruta jacobea es «la industria que, turísticamente hablando, puede tener más futuro en Grandas… si se cuida». Industria auxiliar, le va a corregir algún vecino, pero negocio al fin y al cabo en una villa urbana cabecera de comarca rural que demográficamente declina y tiene, además de su pequeña industria, su bosquejo de infraestructura turística. Además del embalse y del paisaje feraz del alto Navia, aparte de la tranquilidad, de la naturaleza y de todo el muestrario de la oferta clásica del turismo rural asturiano, Grandas «vende» un museo etnográfico único en su género -11.000 piezas, más de 20.000 visitas al año, unas 2.000 en el primer trimestre de 2011- y puede imaginar modos de vida desde la Edad del Bronce en el Chao Samartín, además de enseñar una sobria iglesia románica que fue colegiata, treinta kilómetros de embalse y una central hidroeléctrica y su presa declarada Bien de Interés Cultural que funde patrimonio industrial y artístico con la huella creativa inconfundible, por dentro y por fuera, de las manos de Joaquín Vaquero, el padre y el hijo.
El futuro, va a decir algún grandalés inquieto, está en parte escondido entre toda esa materia prima de potencialidad turística muy emparentada con el pasado, pero no puede perder de vista que harán falta otras alternativas. Ayuda la industria, reman los treinta empleados de la fábrica paradójica que hace en Grandas el queso de Oscos, o los diez que ejercen en la central hidroeléctrica; pero un vistazo a la distribución del trabajo en el municipio confirma el vuelco desde la focalización agraria de hace unas décadas hasta la cifra que ahora otorga al sector de los servicios cerca de la mitad de la fuerza empleadora. Lo que ocurre es exactamente esto que se ve al primer vistazo apresurado: ferretería, carnicería, supermercado y hotel en el recorrido por los bajos comerciales de esta villa de carácter rural y vocación urbana a la que la condición de referencia de la pequeña comarca agraria envejecida del alto Navia no le ha permitido estirar la población demasiado por encima del medio millar de habitantes. Puestos en perspectiva temporal, esos 500 son unos cien menos que en el año 2000 y aproximadamente la mitad de los que viven ahora en total en un concejo que pasa levemente por encima de los mil, que ha vuelto a tocar fondo y ya no se acuerda de los 3.785 que tenía en 1952, en pleno apogeo de la obra faraónica del salto de Salime. Las ruinas de los viejos poblados que acogieron a los miles de obreros -Eritaña, Campín y Vistalegre-, están plenamente visibles antes de llegar a Grandas y son informadores mudos de lo que ha pasado aquí. O más bien de lo que ya no pasa. Caminando por la avenida Pedro de Pedre, donde está su restaurante con hotel, a Alfonso López Mesa le dio un día por contar: «Hará dos o tres años me salieron diecinueve viviendas vacías en invierno solamente en esta calle».
He ahí el reverso tenebroso de la consagración del futuro al monocultivo turístico, aquí el riesgo de la apuesta única incluso en esta villa que a diferencia de otras de su entorno próximo sí tiene dónde enviar al visitante. José Lombardía es de Fonsagrada, a menos de treinta kilómetros hacia el Sur, nada más entrar en la provincia de Lugo, y en 2007 adquirió para hotel y restaurante el edificio de una antigua fonda, viejo refugio de obreros del salto, que sigue estando casi «colgada» sobre el embalse de Salime. Lo compró convencido, pero 2007 «eran otros tiempos», afirma, y el negocio ahora «no va mal, pero si fuese hoy tal vez no lo haría». El descenso de la rentabilidad se nota y confirma, dice López Mesa, que «cuando la crisis pasa del puerto del Palo hacia acá, es que ya está en todos los lados». Su experiencia también ratifica que el turismo «es una de las pocas cosas que quedan aquí» tras el declive acelerado del universo agrario, pero también que jugarse la partida a una sola baza no ha sido nunca la alternativa más inteligente. Rosa Monjardín es la vicepresidenta de la Asociación Cultural «El Carpio», 227 socios, y como antes ejerció como guía en el Chao Samartín, ha comprobado que Grandas tiene su caché como «centro de entretenimiento de la comarca» por su dotación de infraestructura de ocio, pero también que a veces cuesta que los visitantes se queden a dormir y que el turismo, al final, siempre acaba volviendo el clásico «tiene que ser un complemento». Bien lo sabe Paulino Naveiras, propietario de una carnicería y de cuatro apartamentos rurales que «me dan apenas para pagar la hipoteca y para que no se caiga la casa». El turismo, perseveran, es aquí un motor auxiliar que tiene una potencia desigual según la estación del año y un combustible esencial que ha encontrado en el Camino de Santiago «el mayor recurso exterior que tenemos». El que habla es el alcalde socialista de Grandas, Eustaquio Revilla, requerido por cierta sensación de que la ruta jacobea, cuyo paso por aquí dio origen a la villa de Grandas en el siglo XIII, pide una actualización al XXI. «Cada año vienen más que el anterior», pero el flujo todavía crecería más, al decir de algún empresario de la zona, si, por ejemplo, no se obligase a los peregrinos a cubrir por carretera el tramo que va del embalse a la capital o, en todo caso, cuando se inaugure al fin en la villa el nuevo albergue, que «en unos diez días», según el cálculo del regidor, permitirá dejar de alojar a los caminantes en los bajos del Ayuntamiento.
De las posibilidades del aprovechamiento turístico daría fe el grupo de diez personas que ahora visita y se asombra y señala y pregunta en la antigua tienda de ultramarinos que se reproduce fidelísimamente en una de las salas del Museo Etnográfico de Grandas. Es la tarde cualquiera de un miércoles de abril; el problema es que además de abriles aquí hay eneros, van a venir a advertir los que están de acuerdo con Revilla en que la tarea esencial de retener a la población en esta villa necesita algo más que turistas. ¿Qué? Grandas hace el queso de Oscos con leche gallega para confirmar de refilón el declive del campo en estas vegas altas del Navia. El producto sale de las manos de treinta empleados que, éstos sí, son «el noventa por ciento del concejo» en la estimación de Ignacio Álvarez, encargado de calidad y medio ambiente en la planta. También han nacido por aquí ocho de los diez trabajadores de la central eléctrica, lo acompaña el jefe de la planta, Alfredo Martínez, y al lado de la pequeña industria resisten a su modo el monte y las patatas, potencialidades a la espera del condimento que más se echa en falta cuando se mira la paisaje humano de Grandas, la iniciativa.
A la salida de la villa en dirección a Fonsagrada, lo que debería ser un polígono industrial son parcelas terminadas sin rastro de empresas ni de solicitudes y a la patata de Grandas, que quiere venderse con una indicación geográfica protegida, le faltan brazos. Eso es al menos lo que dice Eustaquio Revilla, que además de alcalde es uno de los tres socios de una cooperativa que pretende comercializar tubérculo grandalés con etiqueta de calidad. Cuando se pueda, porque de momento esperan. Aguardan una respuesta del Principado al envío de la solicitud y a la vez, o sobre todo, que germine «más gente implicada en el proyecto». Sostiene Revilla, a la vista de una prueba con El Corte Inglés, que hay «un mercado interesante», pero todavía no demasiadas ganas ni ilusiones ni emprendedores con coraje para hacer frente a los problemas. La gente, y ya no está hablando sólo de cultivar y vender patatas, «tiene que entender que  no hay plazas para que todos seamos funcionarios y que uno no se hace rico de un día para otro». Aquí, a su juicio, es seguro que la patata tampoco «va a ser la panacea, pero puede sumar y ser un complemento importante».
A ganarse esa categoría opta también el monte, aunque la cooperativa forestal de Grandas, cinco socios y cuatro trabajadores, haya decidido dedicarse a cultivar arándanos. Desde su nave a la salida de Grandas, Julio Monteserín, uno de los promotores de la compañía, toma altura y vuelve a comprobar que la villa es incluso físicamente el claro de un bosque «desaprovechado», una «zona forestal pura» donde la madera «debería de ser uno de los focos importantes de actividad económica». Sólo debería. Para retirar el condicional tendría que existir, enlaza, una auténtica política de ordenación de los montes, asegura, «un plan forestal que se cumpla y se ejecute, que determine claramente a qué monte le conviene ahora una poda, a cuál un aprovechamiento silvícola…» En parte porque eso le falta y en parte para demostrar que «se pueden hacer otras cosas además de plantar árboles o intentar vivir del turismo», la cooperativa forestal de Grandas se ha escorado y ahora planta arándanos. Ellos diversifican con los pequeños frutos rojos, pero aún pueden aparecer «muchísimas más posibilidades». Lo importante es enseñar a saber que se puede, viene a decir, que no haría daño difundir «desde el colegio» cierta mentalidad de permanencia ni después «dar alternativas a la juventud, apoyarla, comprender que la base principal para la supervivencia es que tengamos gente joven aquí».

Carreteras de obstáculos para emprendedores intrépidos

Pero Grandas está lejos. En la villa, los indicadores dicen 44 kilómetros a Pola de Allande y 68 a Navia, pero aquí las distancias se miden mejor en tiempo o, mucho mejor, en contratiempos. Las comunicaciones son el problema universal que se percibe al mirar hacia todos los lados que llevan a destinos dentro de Asturias. Por uno, los 68 kilómetros de carretera revirada que siguen al río Navia hacia la costa y al Hospital de Jarrio se traducen al menos en una hora y cuarto de camino en coche; por el otro, la salida del valle al centro de Asturias a través del puerto del Palo (1.146 metros) se retuerce por la cresta de la sierra y se pone imposible en invierno. Total, que aquel objetivo de poner a todos los municipios al menos a media hora de una autovía hace mucha gracia en Grandas de Salime. Aquí, «con estar a una hora nos daríamos con un canto en los dientes», afirma el Alcalde paladeando un regusto de amargura que compartiría toda la Asturias arrinconada en las inmediaciones de esta esquina del Suroccidente. A Fonsagrada y a la provincia de Lugo se va de lujo, «y a Madrid casi mejor que desde Oviedo» gracias a las infraestructuras de la comunidad vecina, pero con la Administración y los servicios en Asturias, el problema es evidente. Al menos tanto como  la lejanía mental que impone el progresivo arrinconamiento de esta esquina del Occidente. Por eso cuesta que un empresario de aquí «tenga los mismos derechos que uno que ejerza de Grado hacia allá», protesta Julio Monteserín con la mente en el ejemplo más básico: «Mal vamos si para que me den un certificado de la Seguridad Social tengo que desplazarme hasta Luarca -88 kilómetros que aquí puede ser hora y media de camino-» o si se llega antes a Lugo, aunque la distancia sea mayor en kilómetros, que al hospital asturiano que les corresponde a los habitantes de Grandas. Por ahí se van cerrando las salidas para la repoblación de esta zona que reclama un instrumento propio, sigue el empresario, capaz de eliminar las tachuelas del camino y de quitar de paso esa sensación insípida de que «los que montamos empresas aquí parecemos masoquistas o tolos», que es lo que se llama aquí a los bobos.
Resiste, sin embargo, esa fábrica de quesos que sus promotores quisieron ubicar en Villanueva de Oscos y que ya lleva más de cuarenta años anclada en este concejo vecino avivando la actividad económica del concejo a dos kilómetros escasos de la capital grandalesa. Hoy resulta curioso escuchar que los motivos de que Monteverde acabase en Grandas fueron precisamente las comunicaciones, además de la circunstancia esencial de que los Oscos aún carecían entonces de energía eléctrica. Si eso mismo se plantease hoy, admiten en la empresa, puede que, por motivos similares, la factoría y sus treinta empleos ya tampoco estuvieran aquí.

Una fractura social, un «secuestro» y la guía Michelin

-¿Aquí vendéis cosas?
En la tienda de ultramarinos del Museo Etnográfico de Grandas no se vende nada, pero los visitantes han comprendido lo que es esto. Las 11.000 piezas de la muestra son auténticas, funcionan y «están en su espacio real». Hasta las que no se ven, los clavos de los cajones de la tienda, las navajas de la barbería, la ropa en los arcones de la alcoba de la casa rectoral... El secreto del éxito de la muestra que Pepe el Ferreiro puso en marcha e hizo crecer desde mediados de los ochenta es que ha llegado al siglo XXI con una capacidad intacta para «poner imágenes a la vida, a los recuerdos». La definición es del actual director, Francisco Cuesta, persuadido de que la villa, cultural y turísticamente hablando, se remolca a medias desde aquí y desde el Chao Samartín. De momento, él acepta como «un logro» y «un desafío» la inclusión del museo en la edición de este año de la guía «Michelin», catalogado «especialmente para familias con niños». El reto de mantener esa etiqueta enlaza con el de conseguir que el museo no sea inmóvil, conserve el pasado con «estrategias y comunicación» del siglo XXI, afirma Cuesta, y recrezca el legado. Lo próximo, asegura, será la apertura del cabazo, la fábrica de gaseosas, la cocina y la trastienda.
«El equipamiento más importante de todo el Occidente» es además fundamental para Grandas. Salta a la vista. Sobre los cristales de una casa una pancarta proclama que van «450 días con el museo secuestrado» y muchas otras lucen empapeladas con la imagen de José Naveiras Escanlar, Pepe el Ferreiro, y como único lema su despedida clásica -«haxa salú»-. La fractura social se hace evidente a cada paso por esta villa dividida desde que hace esos 450 días la Consejería de Cultura decidió prescindir del fundador, promotor y artífice de la institución desde su origen. El resultado final de la polémica, el que se percibe en la calle, es, después de varias manifestaciones y una agresión al actual director del museo, un clima «triste» de enfrentamiento al decir de algún vecino que sin volver sobre los detalles del conflicto lamenta los encontronazos transmitidos de modo evidente al tejido social de la villa y del concejo.
Pero la vida y el museo siguen en Grandas, tal vez porque, como dice El Ferreiro, desde el principio «el museo siempre se ha ido haciendo a sí mismo».

Embalse de Salime




El embalse de Salime es un embalse español situado en el occidente del Principado de Asturias y en el oriente de la provincia de Lugo, sobre el cauce del río Navia. Fue inaugurado en el año 1954 y tiene una capacidad de 265.60 hm3.[1] [2]
Constituye el tercer embalse construido en el río Navia, tras los de Arbón y Doiras respectivamente.
Su presa es de tipo gravedad y tiene 128 metros de altura. Se sitúa en la confluencia de los concejos de Pesoz, Allande y Grandas de Salime. La carretera AS-14 discurre sobre la presa.
La superficie ocupada por las aguas es de 685 ha, ocupando terrenos de los concejos de Grandas de Salime e Ibias, en Asturias; y de Negueira de Muñiz, en Lugo, Galicia.
Su aprovechamiento es fundamentalmente hidroeléctrico, aunque se organizan también actividades lúdicas y recreativas.

Historia

El Proyecto

La idea de construir una central hidroeléctrica en la zona comenzó a gestarse a mediados de 1940 en el emplazamiento que previamente había valorado Narciso Hernández Vaquero.[3]
Sin embargo, no fue hasta los años inmediatamente siguientes al final de la segunda guerra mundial cuando el proyecto, obra de Joaquín Vaquero Palacios y las obras comenzaron a tomar forma.
Para sufragar los costos de las obras, Hidroeléctrica del Cantábrico, S.A. y Electra de Viesgo, S.A. constituyeron en 1945, a partes iguales, la compañía Saltos del Navia en Comunidad, que fue respaldada por el Banco Urquijo, cuya oficina de estudios elaboró los proyetos e informes técnicos.[4]

Obras Previas

En 1946 comenzaron las obras preliminares. Con el fin de dejar seco el lecho donde se levantaría la presa, fue necesario desviar el curso del río Navia, para lo que se excavó un túnel de 30.725 m3 y se revistió con 11.789 m3 de hormigón.[3]
Además, el cemento para la fabricación de hormigón se producía a pie de obra, para lo que fue necesaria la construcción de varios silos y tolvas, y la búsqueda de una cantera cercana que fuese capaz de abastecer de piedra el enorme volumen necesario.[3]
El abastecimiento de clinker, yeso y otros materiales que procedían por vía marítima, se realizaba a través de un teleférico de de 36 km de longitud que llegaba hasta el puerto de Navia. En su momento, fue el mayor de los teleféricos construidos en España, llegando a contar con ocho estaciones.[3]
También se construyeron ataguías, almacenes, carreteras, planos inclinados, etc. y cuatro poblados para cobijar a los más de 3.500 obreros venidos de otras regiones de España, principalmente de Andalucía.[5]

La Presa

El grueso de la obra, la presa y la central, se construyeron entre 1948 y 1953.[4] Fue necesario utilizar 630.000 m3 de hormigón. Se levantó una presa de gravedad con taludes del 5% aguas arriba y del 72% aguas abajo, con un radio de 400 metros en su coronación, y con una altura sobre cimientos de 132 metros; lo que en su día la situaba como la mayor presa de España y la segunda de Europa.[3] Constituyó uno de los primeros exponentes del gigantismo que presidió muchos proyectos similares en la España de mediados del siglo XX.[4]
Su masa, es de 80.000 toneladas. En la parte superior, tiene una longitud de 250 metros, en cuyo centro se encuentran los cuatro aliviaderos, con compuertas de 12 metros de largo por 7 de alto, cada una; que constituyen una capacidad de desagüe de 2.000 m3 por segundo.
Está situada 22 km aguas arriba del embalse de Doiras, y para construirla se tuvieron que sobrepasar enormes dificultades. España estaba sumida en la miseria y sufría el embargo de las potencias vencedoras en la segunda guerra mundial. Este proyecto era un sueño casi irrealizable y sin embargo se completó en 1954 a pesar de la escasez de medios. Aunque las Naciones Unidas había decretado el embargo al régimen de Franco, Inglaterra suministró en secreto las turbinas y generadores, imprescindibles para la producción de energía eléctrica.[5]
Durante las obras, perdieron la vida entre 100 y 300 trabajadores debido a las precarias condiciones de trabajo y a la escasez de alimentos.[5] [3] Es una obra admirable en cualquier caso pero mucho más si tenemos en cuenta las condiciones en que se hizo.

Impacto en la zona

El embalse, cambiaría para siempre la fisonomía de la ribera del Navia, aguas arriba de la presa. Fue necesario inundar 1.995 fincas, con más de 3.000 parcelas, 25.360 árboles maderables, 13.800 frutales y 14.051 pies de vid; lo que supone 685 hectáreas que, además, incluyen laderas sin cultivo, fincas urbanas, ruinas, patios, corrales, ocho puentes, cinco iglesias, varias capillas y cuatro cementerios.[3]
Además, fueron numerosas las carreteras y caminos que quedaros cortados al inundar las aguas del embalse parte de sus trazados, como la antigua AS-34, entre Berducedo y Grandas de Salime a través de San Martín del Valledor y el valle del río del Oro, lo que motivo la construcción de la actual AS-14, a través de la parte superior de la presa.
Algo similar ocurrió entre las localidades lucenses de San Pedro de Ernes y Entralgo; o entre Barcela y Negueira, donde se establecieron pasos habituales con barcas.

Central hidroeléctrica de Salime

 


Alto de Grandas de Salime.jpg
Localización
País Flag of Spain.svg España
División Flag of Asturias.svg Asturias Flag of Galicia.svg Galicia
Subdivisión Flag of Asturias.svg Asturias
Flag of Lugo province.svgLugo
Cuenca hidrográfica Navia. Cantábrico
Río Navia
Coordenadas 43°14′15″N 6°50′44″O / 43.23750, -6.84556Coordenadas: 43°14′15″N 6°50′44″O / 43.23750, -6.84556 (mapa)
Datos generales
Propietario Saltos del Navia C.B.
Proyectista Joaquín Vaquero Palacios
Uso Hidroeléctrico
Obras ? - 1954
Datos de la presa
Tipo Gravedad, hormigón
Altura 128 m
Long. de coronación 250 m
Cota de coronación 225.67 m
Cota de cimentación 97.67 m
Cota de cauce 107.67 m
Datos de la central
Potencia instalada 128 MW
Datos del embalse
Capacidad total 265.60 hm³
Superficie 685 ha

 

La central de Salime es una central hidroeléctrica situada bajo el aliviadero de la presa del embalse del mismo nombre.
Cuenta con 4 grupos generadores de 32 MW cada uno, que entregan la energía a una tensión de 11.000 voltios, y que fueron puestos en explotación comercial entre 1953 y 1956, lo que se traduce en una potencia total de 128 MW y una energía producida en año medio de 350 GWh.
Las turbinas son tipo Francis vertical, alimentadas por tuberías de 2,5 metros de diámetro, capaces de evacuar un caudal de 152 m3/s. Evacua la energía eléctrica generada a través de una red de 132 kV.[2] [6]
Hoy, pertenece a la sociedad Saltos del Navia C.B., participada al 50% por HC Energía y Endesa Generación.[7]

Arte

El arquitecto Joaquín Vaquero Palacios, y su hijo, Joaquín Vaquero Turcios, tuvieron tiempo para dotar a las instalaciones de diversos elementos ornamentales y decorativos.[3]
El primero, se encargó de la fachada principal de la galería por la que se accede al interior de la central, adornándola con varios relieves de hormigón formando un mural que representa el proceso de producción de energía eléctrica.[3]
Por su parte, Vaquero Turcios diseño un mirador colgante en la margen derecha del río, conocido como La Boca de la Ballena, desde el que se puede admirar todo el conjunto. Suyos son también los murales que adornan la sala de turbinas. El de mayor tamaño (60 metros de largo por 5 de alto) representa todo el proceso constructivo de la central, recogiendo desde los primeros estudios hasta la distribución de la energía eléctrica, pasando por la primera reunión del consejo de administración o el éxodo de la población de los lugares que serían anegados por las aguas.[3]
Además, Vaquero Turcios había pensado dibujar los rostros de Picasso, Einstein, Planck y Freud. Sin embargo, la censura de la época truncó esa idea. Con motivo de la restauración en los murales realizada en el año 2001, Vaquero Turcios rescató esa vieja idea, y decidió llevarla a cabo; estando los rostros de los citados personajes presidiendo la sala de turbinas desde entonces.[3]
Otro proyecto truncado en aquella época, fue el de rematar la coronación del salto con dos grandes figuras escultóricas. Se barajaban dos ideas: por una parte, se pensó en la fuerza del caballo; y por otra, en el oso pardo, como símbolo de potencia y debido a la proximidad de su hábitat. Sin embargo, ninguna idea terminó de convencer a los autores.[3]


Construcción de la Central Hidroeléctrica de
GRANDAS DE SALIME en Asturias



Obra del arquitecto Joaquín Vaquero Palacios, se empezó a proyectar en los años inmediatamente siguientes al final de la segunda guerra mundial y se construyó entre 1948 y 1953, inaugurándose en 1954. En aquellas fechas era la más grande de España y segunda de Europa.
    Parece un proyecto imposible y dice mucho de aquellos que lo acometieron. España estaba sumida en la miseria y sufría el embargo de las potencias vencedoras en la segunda guerra mundial. Este proyecto era un sueño casi irrealizable y sin embargo se hizo a pesar de la escasez de medios. Aunque las Naciones Unidas había decretado el embargo al régimen de Franco, Inglaterra suministró en secreto las turbinas y generadores.
    Las obras preparatorias y accesorias fueron de enorme envergadura. Túneles para desviar el río, carreteras, planos inclinados, un teleférico para transporte de clinker de 36 Km. de longitud que llegaba hasta el puerto de Navia. Se trajeron unos 3500 obreros de otras regiones de España, principalmente de Andalucía, y se construyeron varios poblados para alojarlos con sus familias. Mantenerlos alimentados era un problema en esos años de escasez. Aproximadamente 100 trabajadores perdieron la vida en accidentes de trabajo durante la construcción de la presa. Es una obra admirable en cualquier caso pero mucho más si tenemos en cuenta las condiciones en que se hizo.       Esta página está basada principalmente en un curioso documento que rescaté de la basura. Es un folleto informativo fechado en 1949 y plegado en forma de fuelle. Parece realizado de forma totalmente artesanal con varios pliegos monocromos coloreados a mano y pegados para formar el fuelle. Parece hecho por el proceso Diazo (cianotipo) que era lo que se usaba para reproducción de planos antes de existir las fotocopiadoras y procesos más modernos. Era un proceso fotográfico relativamente sencillo inventado en el siglo XIX en el que se hacía una matriz en papel semitransparente ("papel cebolla") y luego se exponía a la luz el papel sensible cubierto por la matriz. Luego el papel expuesto se revelaba con amoniaco. Esto hacía que los cuartos donde estaban las máquinas requirieran buena ventilación o, de lo contrario, el ambiente olía a amoniaco. Había varios procesos distintos y algunos resultaban en copias de color marrón, como es este caso, y otros en copias de color azul.
    Este documento parece hecho de forma artesanal. Está hecho con copias diazo coloreadas a mano y pegadas en forma de fuelle. Tiene un total de 13 hojas por ambas caras, es decir 26 páginas más las dos tapas. Las medidas de cada página son 13 x 30 cm. Según el tiempo me lo permita iré escaneando las páginas y poniéndolas aquí.



 



















En Julio de 2004 Hidrocantábrico de los siguientes datos sobre esta central eléctrica:
Datos Generales
Denominación Salime
Empresa propietaria Saltos del Navia, C.B. 
Ubicación Río Navia
Cuenca hidrográfica Navia
Embalse que la abastece Salime
Año de construcción 1954
Puesta en funcionamiento 1954
Características Técnicas Generales
Características Energéticas
Potencia instalada (MW) 112
Energía producible en año medio 350.000 MWh
Número de grupos 4
Caudal máximo de Equipamiento 152 m3/s
Características Físicas
Salto neto medio 114 m
Volumen útil del embalse (Hm3) 239,5
Tipo de Presa Gravedad de planta curva
Tipo de central Pie de presa en exterior
Número de Alternadores 4
Tipo de turbina Francis vertical


 

 

En los planos de la páginas anteriores, concretamente en el dibujo titulado "perfil por el eje del aliviadero", podemos ver que las turbinas y generadores van alojados en la propia presa, bajo el cauce del aliviadero y en esta foto se aprecia bien el abultamiento.
    Esta imagen es una combinación de dos fotos que me envió Iván Vázquez y que yo he unido. Las partes inferior izquierda y superior derecha las he rellenado yo para evitar grandes áreas en blanco. Los vehículos situados en la parte inferior izquierda dan una idea de las enormes dimensiones de esta obra.
    Es curioso notar que en los planos del proyecto no se muestra la estación de transformación situada a pie de presa que puede verse en esta foto. Según podemos ver en el proyecto parece que la transformación de 13,8 KV de generación a 132 KV de transporte se haría en cuatro transformadores (uno por generador) situados bajo el aliviadero, junto a los generadores. Sería interesante saber cuando la ubicación se trasladó al lugar actual. ¿O quizá los transformadores siguen bajo el aliviadero y las instalaciones exteriores son otra cosa?











El Museo Etnográfico de Grandas de Salime es un museo público, de carácter comarcal y cuya titularidad la ostenta el Consorcio para la Gestión del Museo Etnográfico de Grandas de Salime.
El Consorcio está constituido por la Consejería de Cultura y Turismo, y la Consejería de Medio Rural y Pesca del Gobierno del Principado de Asturias, el Ayuntamiento de Grandas de Salime, la Universidad de Oviedo, la Caja de Ahorros de Asturias y la Asociación de Amigos del Museo Etnográfico de Grandas de Salime.
El museo está situado en la localidad asturiana de Grandas de Salime.
La misión del museo es reunir, custodiar, conservar, incrementar, investigar, comunicar y difundir el patrimonio material e inmaterial de carácter etnográfico de la Comunidad del Occidente de Asturias.
Asimismo, busca ser el fiel reflejo del espíritu creativo de las etapas de la vida de cuantas personas nos han precedido a lo largo del tiempo, y todo ello, dirigido a un público amplio y diverso.


El Museo

 

 

ENTRADA AL MUSEO

 

El Museo Etnográfico de Grandas ocupa una superficie aproximada de unos 3.150 m², y su colección permanente está compuesta por más de 11.000 objetos, que han sido adquiridos mediante donación, una parte de ellas por los vecinos y vecinas de Grandas de Salime, o mediante compra por parte del Consorcio.
En sus espacios y salas se exhiben objetos de muy diversa naturaleza, que son fuente de información de primera mano sobre la vida rural y preindustrial de la Comunidad del Occidente de Asturias. La mayoría de sus fondos proceden de concejos asturianos, como Grandas de Salime, Pesoz, Santa Eulalia de Oscos, San Martín de Oscos, Allande, Villanueva de Oscos, Siero, Oviedo, etc., pero también de otros lugares de la península Ibérica -Galicia, Castilla y León, Cantabria, etc.- o del resto de Europa.
El Museo, como tal, se creó en 1986 a partir de la colección de D. José Mª Naveiras Escanlar, mediante convenio con la Consejería de Educación y Cultura del Gobierno del Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Grandas de Salime. El Museo etnográfico ha ido creciendo a lo largo de los años hasta convertirse en la institución que es hoy.
Este Museo es fruto de un amplio número de personas, que con el apoyo de diversas instituciones públicas, han convertido a la entidad en el referente cultural más importante del Occidente de Asturias.

El contenido museográfico

El Museo está distribuido en cuatro grandes áreas de contenido y que básicamente se pueden establecer en:
1. CASA RECTORAL
La Casa Rectoral es una construcción de 1814 y en su interior se disponen diversas unidades museográficas que muestran al visitante los espacios cotidianos de la vida en una casa rural tradicional, como son:
  1. La cocina o lareira, que es el lugar de mayor relevancia de la vivienda y centro de la vida familiar.
  2. El cuarto o sala, cuya utilidad se limitaba a todo tipo de actos sociales y dormitorio.
  3. La alcoba o cuartín, destinado al matrimonio o los abuelos y lugar donde se guardaba buena parte de las ropas de la casa.
También se recrean otros ambientes en el que se enseñan los objetos propios de las actividades a las que se dedicaban las gentes de la zona, como son:
  1. La sala de industria textil, en la que destaca el telar, la escalera donde se puede contemplar una buena colección de yugos –xugos- y zapicos, cornos, gaxapos, cañutos o gaetos de madera o asta.
  2. El taller del zapatero o zapateiro, con su mesa de trabajo y herramientas.
  3. La bodega, donde se encuentra el lagar o prensa para exprimir el bagazo de la uva, una alquitara para obtener el orujo o aguardiente, etc.
  4. La cantina o taberna, en la que parroquianos y forasteros podían encontrarse.
  5. La sala de la madera, donde se recoge desde el taller del carpinteiro, toneleiro, cesteiro, cuchareiro, etc.
  6. La fragua o forxa del ferreiro, cuyo trabajo estaba destinado a proveer de útiles y herramientas para el campo o herrar el ganado.
  7. La sala de la tornería, donde se pueden contemplar las piezas que componían la vajilla en madera de las gentes campesinas y los tornos con las que se realizaban.
2. CORRAL
Al museo se accede precisamente por el corral y este espacio, circunda la casa Rectoral. En él se pueden encontrar una serie de construcciones anejas y que en su momento dieron servicio a la casa. El centro está presidido por un magnífico nogal o noceira, que daba sombra y fruto a los moradores de la casa, y desde este lugar, se puede ver:
  1. El hórreo, con cubierta de paja de centeno y que fue construido a partir de una panera (1874).
  2. El pozo de agua con escaleras.
  3. La panera de finales del siglo XIX (y en cuyo interior se pueden contemplar las grandes arcas o tuñas de guardar el grano).
  4. El corredor, que exhibe una colección de carretillas y carretas en la parte baja y molas o ruedas de afilar en la parte alta.
  5. El cabanón o cobertizo, donde se encuentra el carro del país que es lo primero que se ve al entrar en el Museo
  6. Y el abeirugo o tendejón, con una serie de máquinas para trabajar la madera.
3. CASA DEL MOLINERO
Dos unidades bien definidas en este espacio del Museo:
1. El molino, en cuyo interior se pueden contemplar tres ingenios hidráulicos harineros, procedentes de Baldoria (Siero), Nogueirou (Grandas de Salime) y Collada (Allande). Durante la visita podremos ver, al menos uno de ellos en plena molienda.
En el cabanón exterior podremos ver un molino de rabil para la escanda y diversos rodeznos, alguno de ellos muy peculiar. Antes de llegar a la casa del molinero encontraremos la era o eira, que es el espacio reservado para separar el grano de los cereales de la paja y, por la parte posterior, el cubo o banzao que es el lugar donde se acumula el agua y cuya fuerza será transformada en la energía que moverá los mecanismos del molino.
2. La casa del molinero o molieiro es un espacio polivalente dentro del Museo, ya que en su interior podemos ver exposiciones temporales, aula de acogida para escolares, etc. En la actualidad se muestran tres exposiciones:
         * Mantequeras, Mazadeiras u Olas
         * Matanza del cerdo
         * Café
4. A CASOA / LA CASONA
Este es el último espacio museográfico que se visita y está dedicado fundamentalmente al sector servicios en el mundo rural. El edificio intenta recoger la esencia, en su aspecto formal, de lo que fueron aquellas hermosas casonas de las gentes pudientes o pequeñas noblezas locales.
En su interior, se pueden contemplar:
  1. La tienda mixta o colmado de ultramarinos, que era aquel magnífico lugar donde había de todo un poco y donde más que clientes se tenían amigos,
  2. La barbería que recrea con fidelidad lo que eran estos locales de acicalamiento personal y donada en su día por D. Arturo Villaverde,
  3. La sastrería que en su día fue de D. Antonio Vázquez y que este Museo tiene el orgullo de mostrar.
  4. En el zaguán, provisionalmente, una pequeña muestra dedicada a las comunicaciones, (pero esta exposición en breve se moverá a otro espacio).
  5. En el primer piso de la Casona, el corredor de la escalera está dedicado a la caza y a la pesca,
  6. La consulta del dentista D. Tomás Fernández Linera,
  7. El hospitalillo del Salto de Grandas de Salime, señalan la bonanza económica de algunos pueblos y la mejora en la calidad de vida de sus moradores,
  8. La sala dedicada al alumbrado recoge la evolución de los sistemas de iluminación desde la llama de una rama de brezo (uz) o garabulla hasta la incandescencia de una bombilla eléctrica,
  9. La galería de la apicultura, de gran importancia en el occidente asturiano,
  10. La escuela rural, muchas veces unitaria, donde muchos de nuestros vecinos aprendieron las primeras letras y números,
  11. La sala de pesos y medidas, donde se recopilan todos aquellos objetos dedicados a este menester y finalmente,
  12. La sala de las madreñas, galochas y zocas o la exposición dedicada al calzado de madera de las que el Museo tiene una buena colección.
  13. En la planta baja de La Casona y en el último trimestre de 2010, se abrirá al público un nuevo espacio: la cocina. Estas cocinas de casas adineradas supondrán el fin de las lareiras –como la de la casa Rectoral- y el uso de las “cocinas económicas” de carbón y leña, tan corrientes en las grandes urbes asturianas o cuencas mineras, que con el tiempo llegarón hasta el occidente de Asturias.
  14. Así mismo, está previsto que en 2011, se pueda añadir un nuevo espacio: la trastienda, que complementará y dará nuevo contenido al colmado o tienda mixta.
ENTORNO DE LA CASOA / LA CASONA
Forman parte del espacio museográfico de La Casona / A Casoa una serie de construcciones anejas al edificio principal como son:
  1. El cobertizo de aperos de labranza, donde se guardan todo tipo de maquinaria agrícola y una exposición de ruedas de carro,
  2. La capilla que exhibe los elementos del mundo espiritual o de las creencias desde una concepción rural tradicional y a través de los distintos ciclos de la vida,
  3. El cabazo, cuyo uso estaba destinado a granero, especialmente del maíz (apertura prevista al público en el segundo semestre de 2010),
  4. La fábrica de gaseosas y sifones, dedicada a la producción de esta bebida refrescante, y cuya apertura al público se espera para mediados de 2010 (precisamente en Grandas de Salime se produjo la marca “La Grandalesa”),
  5. El horno de pan (sin fecha de apertura prevista).
5. EXTERIORES DEL MUSEO
Dos pequeñas construcciones fuera del recinto del Museo, pero bien visibles desde éste:
  1. El cortín es una construcción usada para proteger las colmenas del ataque de los osos, del fuego o de los robos y tan característico del occidente asturiano,
  2. El palomar de planta circular, si bien no son muy comunes en Asturias, su presencia puede ser entendida por la bonanza económica de algunas casas como elemento de reconocimiento y prestigio sociaL













































































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