Hace 23 años los vecinos iniciaron las reivindicaciones y limpiaron y señalizaron la ruta
lugo / la voz,
12 de julio de 2015. Actualizado a las 05:00 h.
Los vecinos de A
Fonsagrada lucen estos días una media sonrisa; porque mientras los
políticos se felicitan por la declaración del Camiño Primitivo como
Patrimonio Mundial de la Unesco, en este municipio de la montaña lucense
saben, aunque no les guste presumir de ello, que fue su ardua labor,
empezada hace más de veinte años, la que ha permitido que este
reconocimiento sea posible. Porque sí, todo empezó en A Fonsagrada.
Corría el año 1992 y en A Fonsagrada confluyeron una
serie de personalidades y de momentos históricos que hicieron de este
municipio el escenario que vio nacer la recuperación de esta ruta a
Santiago. El filólogo medieval Ricardo Polín, que en esa época era
profesor en A Fonsagrada, llevaba tiempo ya estudiando esta ruta, la
toponimia histórica, y las referencias que de ella había hecho Elías
Valiña. Por otra parte, el Museo Etnográfico de A Fonsagrada, abierto
desde 1984 y que entonces ya dirigía Juanjo Molina, pensó en organizar
algún tipo de acto para dar a conocer la ruta.
Y así surgieron las primeras jornadas sobre el Camiño
Primitivo, antes incluso del Xacobeo de 1993. Fue el primer escalón
para reivindicar la importancia de esta ruta completamente abandonada
por las Administraciones.
La Movida de A Fonsagrada
En la sociedad fonsagradina se daba el caldo de
cultivo idóneo para que estas reivindicaciones no cayesen en saco roto:
la famosa Movida de A Fonsagrada, una auténtica revolución social que
tuvo lugar en aquellos años. Juanjo Molina recuerda que se estaban
llevando a cabo numerosas movilizaciones vecinales para impedir la
pérdida de una serie de servicios comarcales que la Xunta pretendía
trasladar: extensión agraria, forestal, la cabecera de comarca... «Había unha conciencia social e identitaria importante (...) E ese sentimento de identidade forte trasladouse ao Camiño», aclara. Ricardo Polín añade: «Houbo
unha auténtica revolución na Fonsagrada, unha loita polos valores, unha
conciencia de que lles estaban roubando a dignidade como pobo, e así se
identificaron tamén coa perda da vía xacobea». Y es que por parte de las Administraciones no hubo apoyo, al contrario: «A
Xunta insistía en chamarlle Camiño da Fonsagrada para restarlle
importancia e devalualo, e gran parte dos alcaldes estaba en contra de
recuperar a ruta porque dicían que crearía dificultades na ordenación do
territorio e no desenvolvemento urbanístico».
«Querían facer del un ramal do Camiño Norte e chamalo
Camiño da Fonsagrada, pero a historia non pode borrarse», afirma José
Manuel Saavedra, Selelo, uno de los vecinos más activos en la Movida da
Fonsagrada. Y es que los vecinos sabían desde siempre de la existencia
del Camiño, y los peregrinos, siempre extranjeros, nunca dejaron de
pasar por allí. Pero, con los estudios de gente como Polín, como
Nicandro Ares o como numerosos profesores de Asturias -comunidad pionera
en la recuperación de la ruta-, se dio a conocer también que esta es la
primera vía documentada a Compostela. Fue el rey Alfonso II el Casto el
que se considera el primer peregrino, que hizo el itinerario desde
Oviedo hasta la capital gallega para visitar la tumba del Apóstol.
Y A Fonsagrada se volcó a lo grande con esta
reivindicación. El primer paso fue recorrer la ruta para conocerla,
limpiarla y señalizarla. «Formáronse brigadas de veciños
para marcar os tramos, colocar paneis informativos e rozar o Camiño,
que estaba irrecoñecible nalgunha zona pola maleza», dice Molina.
E incluso construyeron la capilla de Montouto, donde desde entonces
cada 25 de julio celebran la fiesta de Santiago.
Las primeras jornadas sobre el Camiño reunieron a expertos gallegos y asturianos
El Museo Etnográfico de A Fonsagrada se planteó en
1992 ser una plataforma para impulsar el Camiño Primitivo y para ello
contaron con el apoyo de Ricardo Polín, que suministró el trabajo que ya
había iniciado, y con el de Asturias, para realizar las primeras
jornadas sobre el Camiño, en junio de 1992. «Xa daquela
en Asturias estaba avanzada a recuperación e estaban moi activas as
asociacións de Oviedo, coas que tivemos os primeiros contactos e
contaxiáronnos o seu entusiasmo», afirma Juanjo Molina.
Participaron asociaciones de Asturias, historiadores, empresas
asturianas (como de transporte ecuestre)... «Foi un ano de gran unidade aquel 1992»,
recuerda Ricardo Polín. En todo aquel trabajo, además de los
fonsagradinos, también se volcaron el Museo de Melide, vecinos de San
Román da Retorta en Guntín, la revista Lucensia, profesores de la Universidad de Oviedo, historiadores gallegos...
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