jueves, 27 de enero de 2011

RODADO NA FONSAGRADA (2). ROMASANTA


Director: Paco Plaza
País: España
Año: 2004


Sinopsis:


Na Galicia de 1850, os bosques aínda agochan moitos lobos que impoñen a súa lei. Pero naquela aldea, o terror aumenta porque de cada vez desaparecen máis aldeáns, aos que atopan mortos e salvaxemente mutilados, cunha técnica que non parece a dun animal, senón a dun bisturí... As irmás Bárbara e Josefa teñen motivos para sentir medo, xa que viven soas no medio do monte. Tranquilízaas a chegada de Manuel, un vendedor ambulante amante de Josefa, do que Bárbara está namorada en segredo. Pero a calma durará pouco: María desaparece nos bosques cando acompaña a Manuel á cidade, e Bárbara descobre que el é, en realidade, un homelobo. Cando o capturan e Manuel afirma ser vítima dunha maldición, a xente divídese: vítima ou culpable?

Ficha Técnica
Produción: Filmax Entertainment, Future Films
Director: Paco Plaza
Produtor: Julio Fernández para Castelao Productions
Produtora asociada: Zaza Ceballos
Director de produción: Teresa Geffael, José Luis Jiménez
Guión: Elena Serra e Alberto Marini, a partir dun argumento de Alfredo Conde, sobre a súa novela Romasanta. Memorias incertas do home-lobo.
Produtor creativo: Brian Yuzna
Fotografía: Javier Salmones
Montaxe: David Gallart
Música: Mikel Salas
Dirección artística: Balter Gallart
Vestiario: Sonia Grande
Son: Sounders Creación Sonora
Cor
98 minutos

Ficha Artística
ELSA PATAKY (Bárbara)
MARU VALDIVIESO (María)
JULIAN SANDS (Manuel)
GARY PIQUER (Luciano da Bastida)
LAURA MAÑÁ (Antonia)
JOHN SHARIAN (Antonio)
Carlos Reig, Reg Wilson, Ivana Baquero, Luna McGill, David Gant
Ficha Exteriores
A Fonsagrada e Sarria (Lugo), Santiago de Compostela, Barcelona
Opinión: Paco Plaza (Director)
“(...) A mi madre, que es de Guitiriz, su madre la decía cuando era pequeña que no saliera al bosque sola de noche porque allí estaba o home do unto, el sacamantecas. Así que no podía resistirme a hacer una película acerca de las pesadillas de mi madre cuando era niña. Es un proyecto casi familiar y un poco freudiano. Los personajes son todos reales, alguno un poquito transformado, para hacerlo más cinematográfico. Hay momentos en que Julian (Sands) habla por boca de Romasanta, y nos gusta mucho mantener ese tono y ese respeto a la historia. (...) Creo que es una cinta de terror romántico o de terror gótico con cierto romanticismo, en el sentido más lúgubre y más becqueriano del término. Opino que lo que te importa como espectador son los conflictos humanos, gente a la que le pasen cosas. Y el drama humano es lo que en el fondo te hace conectar con una película. En Romasanta tenemos un drama importante: cómo una mujer descubre que su familia está muriendo (...)”.
El Progreso
25.8.2003

Opinión: Alfredo Conde (Escritor)
“Yo tenía alguna experiencia audiovisual en la televisión, pues hice series culturales y una larga entrevista a Fidel Castro, pero con Romasanta entré de lleno en el mundo del guión cinematográfico y estoy encantado, no solamente por lo que puede llegar a ser la película, realizada con los grandes medios de la Fantastic Factory del grupo Filmax, que preside nuestro paisano Julio Fernández, sino también porque paralelamente estoy dirigiendo un documental donde abordo el mismo tema, pero no en forma de narrativa, sino más científica, con entrevistas a antropólogos, médicos, sociólogos e incluso paisanos de Allariz que todavía guardan recuerdos de lo que les contaron sus abuelos y ello con imágenes de los lugares por donde pasó Romasanta (...)”.
Albino MalloEl Correo Gallego
26.8.2003

Opinión: Elsa Pataky (Actriz)
Cuando me enteré que tenía que montar a caballo le dije al director que quería rodar todas las escenas sin doble, porque me gusta esa exigencia. Cuanto más difícil, más me gusta. Cuando rodamos las escenas del bosque o en la casa en la que vive mi personaje, de noche, realmente daba miedo, tan lejos de todo. Yo no viviría sola en este lugar. Lo que sucede es que tanto el bosque, como el paisaje, me ayudaron mucho a ponerme en situación.
Camilo FrancoLa Voz de Galicia
11.5.2004

Crónica: Paco Plaza rueda la historia del hombre lobo gallego Romasanta
El realizador explicó que la película trata de la leyenda de Manuel Blanco, quien fue absuelto de sus crímenes aduciendo que era un licántropo
El realizador explicó que la película trata de la leyenda de Manuel Blanco, quien fue absuelto de sus crímenes aduciendo que era un licántropo El realizador Paco Plaza, que debutó en 2001 con un filme de terror titulado El segundo nombre y que en 2002 rodó las aventuras cinematográficas de los chicos de Operación Triunfo en OT, la película, regresa al género fantástico con Romasanta, una historia de hombres lobo que rueda en Galicia.
Con Elsa Pataky y Julian Sands como protagonistas, Romasanta cuenta la leyenda de El hombre lobo de Allariz, un guión escrito por Alfredo Conde y basado en la documentación que éste ha reunido sobre la vida de un hombre lobo de origen gallego. Romasanta, según explicó el realizador, es “la historia de Manuel Blanco Romasanta, el conocido como el hombre lobo de Allariz, el único caso de la judicatura universal en el que alguien ha sido absuelto de sus crímenes aduciendo que era un licántropo”.
Es una película contada en un tono muy crudo de cruel cuento de hadas, cuya versión original será en inglés, pero habrá copias en castellano y gallego. A la hora de elegir a Julian Sands para el papel protagonista, el director lo tenía muy claro, “sobre todo por fetichismo mío, porque me ha encantado siempre”.
“Tiene un aspecto seductor y peligroso a la vez, que es lo que buscaba. Muy atractivo, pero con algo animal detrás. Tiene la mirada de un lobo”. El británico Julian Sands explicó que el guión le pareció muy interesante, ya que podía ser “romántico, misterioso, gótico, extraño y musical a la vez”.
Diario de Noticias. Navarra

Crítica:
Quizá no lo previeran, pero les salió otra versión de La bella y la bestia aunque trasladada a la Galicia profunda de 1850 para recrear el drama real de Manuel Blanco Romasanta, aquel fulano que por Allariz liquidó a varias personas para sacarle los untos, creyéndose en su locura una especie de hombre-lobo. Sobre el mismo tema ya realizara Pedro Olea en 1968 la muy interesante El bosque del lobo, obviamente en un registro bien distinto al pretendido por Paco Plaza en Romasanta siguiendo el guión del escritor Alfredo Conde, que a su vez trabajó sobre documentación propia en poder de antepasados suyos.Se intuye que el trabajo de Conde iba en un tono bien distinto al producto de género en que finalmente convirtieron la película. Obvio que se dirige con preferencia al mercado internacional a través del substancioso mercado del vídeo (eso explica que Romasanta escriba en inglés...), de ahí que Plaza juegue con recursos plásticos que él mismo califica de fantahistórico tomando como referencia El pacto de los lobos. Otra desventaja de la película en el contexto gallego, es que la historia de este peculiar psicokiller del XIX es bien sabida y de alguna manera pertenece al imaginario popular.
No hay pues camino a la sorpresa, se hace previsible. Desde aquí, a Romasanta solamente nos queda sacarle jugo al uso de los exteriores (Sarria, A Fonsagrada, Compostela...), al diseño de personajes (muy bellas las señoras...), el planteamiento del ritmo, y en general el tono plástico. Y a la captura de guiños, están los de detener la cámara sobre el mapa en A Fonsagrada y Guitiriz, pues de allí son el productor Julio Fernández y la madre del director; o la de sacar fugazmente al propio Conde como un magistrado de la Audiencia que juzga a ese pobre diablo que fue Romasanta, convincente en la piel de Julian Sands, bien secundado por la guapa Elsa Pataky.
Miguel Anxo Fernández
La Voz de Galicia. 22.5.2004

Crítica:
Que la leyenda del hombre lobo no es algo nuevo, ni siquiera cinematográfico, lo testimonia Petronio, en cuyo Satiricón se habla del séptimo hijo de una prole de siete, que en noches de luna llena se convierte en lobo, en lobizón, para utilizar la terminología de un género que lo ha convertido, como personaje, en certeza narrativa. Y que tampoco escasean en la Galicia en la que se ambienta la acción, lo dejó de manifiesto, en 1947, una suerte de novela-encuesta de Carlos Martínez Barbeito, El bosque de Ancines, que en 1970 Pedro Olea convirtió en uno de sus mejores títulos: El bosque del lobo.
Viene la cosa a cuento porque este Romasanta, basado en un argumento del novelista Alfredo Conde, también se inspira en tan antiguos como respetables antecedentes, y en otros más: en los relatos populares de cordel, como los que inspiró al célebre Sacamantecas (no es casual que el asesino en serie que tiñe de sangre esta ficción se dedique a derretir la grasa de sus víctimas para guardarla en tarros). Pero también en los guiños en la mentalidad positivista que presidía los más avanzados círculos científicos decimonónicos (estamos en 1851), aquí representada por el médico que pretende estudiar a ese Romasanta que caza y mata a sus paisanos haciéndose pasar por lobo, ese ancestral enemigo de todo campesino.Con estos mimbres, Paco Plaza se lanza, en su tercer filme, a un discurso complejo, hecho a partes iguales de una puesta en escena en la que predominan los estilemas del cine de terror (aunque con menos toques gore de los que cabría esperar) y un conflicto científico, el que se establece entre el positivismo y la creencia popular, o si se prefiere, el que enfrenta a las luces con el oscurantismo. Y, last but not least, también un conflicto amoroso, sobre el quien esto firma se abstendrá de todo comentario, en bien de la legilibilidad final del asunto.
Apoyado en unos actores que funcionan (un ejemplo: Elsa Pataki nunca ha estado mejor que aquí), aunque también con algún exceso que es más fruto de querer hacer el plano bonito (¡ese carruaje encendido y lanzado por medio del bosque, que a nada conduce!) que de las necesidades dramatúrgicas, Plaza logra con la solvencia de su trabajo incluso hacer olvidar que, desde el punto de vista de la trama, la película tiene bastantes baches, incluso que sabe a poco. Y no se deje engañar por el cartel: aquí la cosa no va para nada de El pacto de los lobos: estamos en otro terreno, ni mejor ni peor, sino sencillamente diferente.
M. Torreiro
EL PAÍS. 14.5.2004

Crítica: Espectacular y efectista versión de la leyenda del hombre lobo
(...) Recrear una vez más la leyenda-mito del hombre lobo (aunque fuera a partir del más que solvente libro sobre la vida de Manuel Blanco, Romasanta, el supuesto hombre-lobo y sacamantecas de Allariz que cometió 13 asesinatos, escrito por Alfredo Conde) no era fácil y Plaza ha salido más que airoso del reto con una película de factura impecable, realización espectacular y gran belleza estética, que entremezcla de forma convincente las fechorías del hombre-lobo con la investigación y posterior juicio sobre las mismas en manos de un fiscal (Gary Piquer) y un reputado antropólogo (David Gant), y una historia de amor y odio entre el atractivo vendedor ambulante, Romasanta (Julian Sands) y Bárbara (Elsa Pataky). En ese sentido, nada tiene que envidiar Romasanta con las mejores películas recientes del género, en especial las francesas El pacto de lobos, deChristophe Gans, o Vidocq, de Pitof con las que podría cerrarse una muy interesante trilogía.
La historia de las andanzas de Romasanta avanza, aunque con algunas leves arritmias que corrige Plaza con sensibilidad y fuerza narrativa, logrando mantener, en general, el interés y la tensión hasta el plano final. La película, que goza de los mejores efectos visuales y sonoros (aunque sin uso abusivo, tan común en las superproducciones norteamericanas) está muy bien sostenida por las interpretaciones notables de Sands (Una habitación con vistas), Piquer (últimamente caro de ver en nuestro cine), John Sharian (Perdidos en el espacio) y, en especial, Elsa Pataky, que logra, con mucho, la mejor interpretación de su carrera. Entretenimiento muy digno asegurado para todos los públicos (excepto menores).
Javier Angulo
Cinemanía. Nº 105. Junio 2004

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