Amparada por una concesión franquista de 1951, dañaría cinco espacios protegidos y sumergiría 15 yacimientos arqueológicos
El Ministerio de Medio Ambiente ha rechazado un nuevo intento de construcción de una cuarta presa en el río Navia,
entre Galicia y Asturias, que por sus dimensiones, y según la
valoración del Gobierno y del resto de las Administraciones implicadas,
habría supuesto un atentado a la biodiversidad de la zona. El embalse de
aprovechamiento hidroeléctrico, amparado en una concesión franquista,
ocuparía 426 hectáreas que afectarían a espacios naturales incluidos en
cinco figuras de protección distintas y habría puesto en peligro la
recuperación del oso pardo.
La resolución de Medio Ambiente,
firmada hace un mes y publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado
(BOE), deja claro que “dicho proyecto previsiblemente causará efectos
negativos significativos sobre el medio ambiente” y que “las medidas
previstas por el promotor no son una garantía suficiente de su completa
corrección o su adecuada compensación”.
El Navia cuenta ya a lo largo de su curso con tres presas
consecutivas (Arbón, Doiras y Salime) y, de haberse construido la
cuarta, de 23,4 kilómetros de longitud justo a continuación, río arriba,
de la de Salime, 80 de los 150 kilómetros del río quedarían embalsados.
La presa ahora rechazada era promovida por Saltos del Navia C.B., que
cuenta con una concesión otorgada por la dictadura franquista el 9 de
febrero de 1951, según Medio Ambiente. Su proyecto contemplaba una presa
de 96 metros de altura y una central hidroeléctrica asociada en el
lugar de A Fornaza, en A Fonsagrada. El embalse abarcaría también los
municipios de Navia de Suarna (Lugo) e Ibias (Asturias). Por su volumen
de agua embalsada, 123 hectómetros cúbicos, sería el séptimo mayor de
Galicia.
Octavo intento en el mismo emplazamiento
Esta no es la primera vez que Saltos del Navia intenta construir la
cuarta presa del río entre Galicia y Asturias. La empresa, participada a
pmedias por Endesa e Hidroeléctrica del Cantábrico, ya lo intentó antes
en siete ocasiones, según el ministerio: en 1951, 1956, 1964, 1975,
1976, 1985 y 1995, todas con “el mismo emplazamiento, variando
únicamente la capacidad del embalse”.
Para el actual intento ahora rechazado, cuya tramitación inició en
2007, la empresa presentó como posibles alternativas los siete proyectos
anteriores “que en su momento no fueron autorizados por diferentes
motivos técnicos, legales y ambientales, y por tanto, no resultan
viables en la actualidad”. Por ello el ministerio critica que realmente
no se presentó más que una opción, la estudiada y ahora rechazada.
Por otra parte, la empresa solo analizó el impacto del embalse, al
que habría que añadir el del tendido de cables para evacuar la
electricidad producida por las cuatro turbinas previstas con capacidad
para 150 Megawatios.
La cuarta presa del Navia cuenta con el rechazo de la Confederación
Hidrográfica del Cantábrico, el organismo regulador de la cuenca, que
considera que “hay una explotación excesiva en el río”. Sin embargo, la
autorización ambiental de la obra corre a cargo del Ministerio de Medio
Ambiente. Aunque ahora, como en los anteriores intentos, ha negado su
autorización, nada impide a la empresa modificar su proyecto y volver a
probar suerte dentro de unos años.
La resolución del ministerio que rechaza el proyecto es demoledora.
Constata que afectaría a Red Natura 2000 y a cinco espacios de
protección ambiental: los Lugares de Interés Comunitario (LIC) Alto
Navia y Ancares-Courel, una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y
las Reservas de la Biosfera de Os Ancares y Río Eo, Oscos y Terras de
Burón causando la “eliminación completa” de las 75 hectáreas del primero
de los LIC y una “afección directa” a 92 hectáreas del segundo.
El ministerio destaca que el espacio afectado, pese a lo argumentado
por la empresa, “es zona de distribución potencial para el oso pardo (Ursus arctos)
(en peligro de extinción según el Catálogo Español de Especies
Amenazadas) y objeto, en la parte gaallega, del Plan de Recuperación
del oso pardo en Galicia”. Además, en esos lugares hay otras especies
protegidas, como la nutria o el topo de río, y es “una de las áreas de
mayor diversidad e interés de quirópteros en Galicia y el occidente de
Asturias, con una presencia de hasta 14 especies diferentes, cinco de
ellas en categoría vulnerable”. Igualmente, el embalse sumergiría 15
yacimientos arqueológicos inventariados.
Frente a estos efectos negativos, la empresa hizo una “justificación
del proyecto basada en la lucha contra el cambio climático y generación
de energía limpia”. También argumentó, según recoge el informe del
ministerio, que “la introducción de una nueva presa no supondrá un
impacto adicional” porque el río ya cuenta con otras tres.
Pese a sus argumentaciones (algunas sin sustento documental, según
destaca el ministerio), los efectos negativos mencionados y otros
relacionados con la flora, la geología e incluso la economía fueron
rechazados por todas las Administraciones y entidades consultadas, entre
ellas los Ayuntamientos afectados y la Xunta, que emitió sus informes
en 2008 y 2011.
Medio Ambiente constata en su resolución final que “los organismos
estatales, autonómicos y locales, así como las organizaciones
ambientales y público interesado que han participado en el proceso de
evaluación, se han manifestado informando desfavorablemente a la
realización del proyecto, debido a los motivos técnicos, ambientales y
legales señalados”. Por todo ello concluye que produciría “una
afección ambiental negativa significativa y directa del proyecto”, por
lo que lo rechaza.
ver mais:
http://elpais.com/diario/2008/12/09/galicia/1228821492_850215.html
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