La riqueza en Galicia, tal y como sucede en la mayoría de comunidades y países, no se distribuye del mismo modo por todo el territorio. La realidad constata que ocho comarcas (las que abarcan las siete grandes ciudades gallegas y O Salnés) concentran el 81% del valor añadido bruto (VAB) de la comunidad o, lo que es lo mismo, el 81% de la riqueza generada.
Según el último informe Ardán, elaborado por la Zona Franca de Vigo, tiene que darse una serie de condiciones para que un territorio se desarrolle económicamene. Ardán señala cuatro condiciones fundamentales: la disponibilidad de infraestructuras, dotación de factores tanto básicos (materias primas, mano de obra) como avanzados (recursos humanos cualificados, centros de tecnología, etc), disponibilidad de empresas proveedoras y clientes y, por último, la existencia de un mercado con un nivel de vida y de renta “razonablemente alto”.
Tras el éxodo de las áreas rurales a las ciudades que se desarrolló en Galicia en gran parte del siglo XX, los centros urbanos se convirtieron en el principal polo de atracción para las empresas, tanto autóctonas como extranjeras, y eso las ha hecho despegar hasta concentrar en la actualidad el grueso de la riqueza. El resultado es incontestable: aparte del volumen de riqueza generada, estas ocho comarcas representan el 78% de los ingresos de la comunidad gallega, agrupan al 59% de la población y suponen el 77% del empleo total.
LOS DOS MOTORES
Del análisis hecho por Ardán –que maneja datos de 2008–, se desprende que A Coruña es la comarca que más valor añadido genera en Galicia, con el 35,6% del total, por delante de la comarca de Vigo, que representa el 22,5%. Juntas aglutinan el 58,1% del VAB autónomico. En cuanto a los ingresos, A Coruña supuso el 29,2% y Vigo el 26,1%, de lo que se deduce que el valor añadido generado por el área coruñesa es superior a sus ingresos, lo contrario de lo que sucede en el entorno vigués. Al repasar la evolución a lo largo de los últimos años, se observa que A Coruña y Vigo tienen una posición de predominio indiscutible en la economía gallega. En 2006 su peso volvió a incrementarse y han pasado del 56% a más del 58% del total. En el caso de los ingresos, han pasado en los últimos años del 55,5% al 55,3%, casi invariable.
El informe destaca que, el análisis por separado de la situación de la comarca coruñesa evidencia un “incremento continuo de su aportación al valor añadido de Galicia”, que Ardán atribuye, en gran medida, “al desarrollo del Grupo Inditex”. Por su parte, la comarca de Vigo rompía en 2005 la tendencia a la baja en años anteriores, aumentando su contribución al valor añadido autonómico y, sobre todo, a los ingresos totales. Sin embargo, en 2008, en plena crisis económica, se percibe, según Ardán, “una pérdida de impulso y cae en más de un punto porcentual dicha aportación”, tanto a los ingresos como al valor añadido de Galicia.
A mayor distancia de las dos grandes ciudades y sus comarcas de encuentran otras áreas. Santiago apora el 6,7% de la riqueza generada en Galicia, seguida de Pontevedra (4,4%), Lugo (4%), Ourense (3,5%) y O Salnés (2,4%). En relación a las comarcas de Santiago, Pontevedra, Lugo y Ourense se observa que mantienen una evolución “más o menos constante” en los últimos años en cuanto a su aportación al valor añadido total de la comunidad (un 18% en conjunto), un valor muy inferior al de los dos motores económicos de Galicia.
A estas ocho principales comarcas hay que sumar otras siete (Barbanza, O Morrazo, Valdeorras, Ordes, Bergantiños, Eume y Betanzos) que cierran la lista de las 15 primeras en el ranking de las más importantes por generación de riqueza. En conjunto aportan el 90% del valor añadido, el 89% de los ingresos, el 78% de las empresas, el 87% del empleo y el 71% de la población. En otro lado están las más dinámicas en la generación de riqueza en los últimos años, entre las que destacan Terra de Caldelas, A Fonsagrada y Os Ancares.
Según el último informe Ardán, elaborado por la Zona Franca de Vigo, tiene que darse una serie de condiciones para que un territorio se desarrolle económicamene. Ardán señala cuatro condiciones fundamentales: la disponibilidad de infraestructuras, dotación de factores tanto básicos (materias primas, mano de obra) como avanzados (recursos humanos cualificados, centros de tecnología, etc), disponibilidad de empresas proveedoras y clientes y, por último, la existencia de un mercado con un nivel de vida y de renta “razonablemente alto”.
Tras el éxodo de las áreas rurales a las ciudades que se desarrolló en Galicia en gran parte del siglo XX, los centros urbanos se convirtieron en el principal polo de atracción para las empresas, tanto autóctonas como extranjeras, y eso las ha hecho despegar hasta concentrar en la actualidad el grueso de la riqueza. El resultado es incontestable: aparte del volumen de riqueza generada, estas ocho comarcas representan el 78% de los ingresos de la comunidad gallega, agrupan al 59% de la población y suponen el 77% del empleo total.
LOS DOS MOTORES
Del análisis hecho por Ardán –que maneja datos de 2008–, se desprende que A Coruña es la comarca que más valor añadido genera en Galicia, con el 35,6% del total, por delante de la comarca de Vigo, que representa el 22,5%. Juntas aglutinan el 58,1% del VAB autónomico. En cuanto a los ingresos, A Coruña supuso el 29,2% y Vigo el 26,1%, de lo que se deduce que el valor añadido generado por el área coruñesa es superior a sus ingresos, lo contrario de lo que sucede en el entorno vigués. Al repasar la evolución a lo largo de los últimos años, se observa que A Coruña y Vigo tienen una posición de predominio indiscutible en la economía gallega. En 2006 su peso volvió a incrementarse y han pasado del 56% a más del 58% del total. En el caso de los ingresos, han pasado en los últimos años del 55,5% al 55,3%, casi invariable.
El informe destaca que, el análisis por separado de la situación de la comarca coruñesa evidencia un “incremento continuo de su aportación al valor añadido de Galicia”, que Ardán atribuye, en gran medida, “al desarrollo del Grupo Inditex”. Por su parte, la comarca de Vigo rompía en 2005 la tendencia a la baja en años anteriores, aumentando su contribución al valor añadido autonómico y, sobre todo, a los ingresos totales. Sin embargo, en 2008, en plena crisis económica, se percibe, según Ardán, “una pérdida de impulso y cae en más de un punto porcentual dicha aportación”, tanto a los ingresos como al valor añadido de Galicia.
A mayor distancia de las dos grandes ciudades y sus comarcas de encuentran otras áreas. Santiago apora el 6,7% de la riqueza generada en Galicia, seguida de Pontevedra (4,4%), Lugo (4%), Ourense (3,5%) y O Salnés (2,4%). En relación a las comarcas de Santiago, Pontevedra, Lugo y Ourense se observa que mantienen una evolución “más o menos constante” en los últimos años en cuanto a su aportación al valor añadido total de la comunidad (un 18% en conjunto), un valor muy inferior al de los dos motores económicos de Galicia.
A estas ocho principales comarcas hay que sumar otras siete (Barbanza, O Morrazo, Valdeorras, Ordes, Bergantiños, Eume y Betanzos) que cierran la lista de las 15 primeras en el ranking de las más importantes por generación de riqueza. En conjunto aportan el 90% del valor añadido, el 89% de los ingresos, el 78% de las empresas, el 87% del empleo y el 71% de la población. En otro lado están las más dinámicas en la generación de riqueza en los últimos años, entre las que destacan Terra de Caldelas, A Fonsagrada y Os Ancares.
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