Dos colectivos alertan del peligro de derrumbe del baño de vapor castrexo mejor conservado de Galicia - La estructura está junto a un yacimiento de oro en A Fonsagrada
A eso de la una de la tarde, Manuel Miranda caminaba a paso ligero al
Ayuntamiento de Cervo. Tenía prisa por llegar a la ventanilla única y
atendía al teléfono un tanto jadeante. El portavoz de MariñaPatrimonio,
el colectivo que salvó con su insistencia ante la Xunta el castro da
Atalaia, había quedado ayer con los representantes de LugoPatrimonio (un
grupo de nombre calcado, pero anterior e independiente) de poner en
práctica la estrategia de la denuncia multiplicada para espolear a la
Consellería de Cultura. Los de Lugo presentaban una en la capital
provincial, y al mismo tiempo los de A Mariña hacían lo propio en su
comarca. El alcalde de A Fonsagrada cubría otro frente más desde la
montaña.
En la comunidad solo se conocen cuatro edificaciones de este tipo
Porque ahora lo que está en riesgo es una de las rarísimas saunas que
se pueden encontrar en los castros gallegos, y se haya en este último
municipio. El enclave dista de cualquier núcleo habitado aunque cae en
los dominios de la aldea de Castañoso, y permaneció inaccesible durante
décadas, protegidos el castro y las viejas explotaciones auríferas por
una selva de castaños. Hace muy poco se terminó de abrir un camino que
empezaron a rozar cuadrillas de la Xunta cuando el bipartito. El trabajo
quedó a medias y lo completó el Ayuntamiento con fondos que pidió a la
UE para trazar una ruta de senderismo.
La maraña había ido
medrando, tejiéndose, liándose más o menos desde la última visita que
recuerda haber hecho al lugar con su cuadrilla un serrador que quiso
guiar a MariñaPatrimonio. Miranda ya llevaba tres o cuatro intentos
fallidos a sus espaldas. Y con el avezado sherpa fonsagradino
tampoco lo logró. El guía recordaba la ruta desde hacía 40 años,
pendiente y cuesta abajo para ir; empinadísima a la vuelta. El castro,
conocido como O Castelón de Castañoso, se engarza en el espolón abrupto
que perfilan dos corrientes de agua. Junto al primitivo poblado hay un
par de minas esquilmadas. En una se extraía el oro horadando cavernas en
la roca y en la otra se trabajaba a cielo abierto. Se supone que el
castro lo fundaron los mineros. La orografía ya lo hacía inexpugnable, y
pese a eso ellos picaron fosos en la roca y construyeron un baluarte a
la entrada.
La maleza completó, después de siglos, la estrategia
defensiva de O Castelón. Gracias a eso el estado de conservación es
excepcional. Siguen en pie varios muros, y sin haber sido excavado, se
distinguen muchas estructuras. Lo que asoma sobre la tierra de la propia
sauna es mucho más que lo que se logró recuperar con excavaciones en
las otras de Galicia y Asturias. Sobrevive casi la mitad de la falsa
bóveda de la cámara de vaporización, y buena parte de la habitación
anexa y curva que servía de horno.
Había constancia de que en el
castro había una sauna porque Enrique López y José Argul, dos sacerdotes
que sí habían logrado llegar a principios de los ochenta, hacían
referencia a ella en su libro Fonsagrada y su concejo, de 1986.
En cuanto supo que el camino estaba de nuevo abierto, el pasado junio,
otro investigador, estudioso en concreto de las saunas castrexas, el
arqueólogo asturiano Ángel Villa, se apresuró a visitar O Castelón para
comprobar si efectivamente aquello de lo que hablaban los curas era un
baño de vapor.
Las saunas de los castros, llamadas pedras formosas
o monumentos con horno, se diferencian por su volumen y su elaboración
de las demás edificaciones castrexas. Tienen planta rectangular, una
antecámara, la sala de vaporización y el horno. Villa sostiene que no
tenían la función de las saunas y termas romanas, sino que se usaban en
rituales. Entre el norte de Portugal, Asturias y Galicia se conocen 16.
Aquí las hay en Punta dos Prados (Ortigueira), Borneiro (Cabana de
Bergantiños) y en Augas Santas (Allariz). La más completa es la de O
Castelón, y existe la teoría de que el castro da Atalaia esconde la
quinta.
Miranda y otros miembros de MariñaPatrimonio visitaron el
lugar al fin el pasado septiembre, y comprobaron que la bóveda,
construida por aproximación de hiladas, sigue en pie porque se apoya en
una piedra del muro de una edificación aledaña. Esta segunda
construcción es lo que en A Fonsagrada llaman corripa y servía para
almacenar castañas. La levantaron hace mucho vecinos de Castañoso
probablemente con materiales de la sauna. Si un visitante, una nevada o
"más probablemente un jabalí" mueve esa piedra del equilibrio, la bóveda
se desmoronará, advierte Miranda. De esto quisieron ayer alertar a
Patrimonio, "Para que tome medidas de urgencia". En Galicia hay 10.000
castros que atender, "pero ninguno tiene la sauna que tiene O Castelón".
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