- El fotógrafo Iain Colquhoun publica un libro sobre la cultura tradicional
- El volumen incluye 220 páginas con imágenes tomadas a lo largo de 30 años
- Retrata el trabajo de las explotaciones agrarias y la 'dignidad' de su gente
- Capta 'lo que muchos gallegos vemos y vivimos, pero no miramos ni valoramos'
PUBLICADO EN EL MUNDO.ES
Una ventana para atisbar los últimos vestigios en la vida de las aldeas gallegas antes de la industrialización. Eso es el libro 'Galicia Rural', un ensayo fotográfico sobre la cultura tradicional gallega realizado por el fotógrafo inglés afincado en Cangas (Pontevedra) Iain Colquhoun.
El volumen, 220 páginas a todo color, reúne las fotografías realizadas por el autor desde su primer viaje a Galicia en el año 1982. Durante estos 30 años el rural gallego ha experimentado una evolución. También se refleja en este ensayo, que, según el autor, es "una secuencia" de todo este tiempo con cierto olor a nostalgia.
Iain Colquhoun opina que "el hombre sin nostalgia en el pasado es alguien que en el presente no se siente cómodo", una visión "romántica de cómo era todo antes" que le inspiró en la mayoría de las imágenes. Capta los rincones mejor conservados de la Galicia rural y refleja su particular "sentimiento hacia el campo en Galicia y querer restaurarlo de alguna forma".
Sus 63 años de vida y su condición de extranjero adoptado en Galicia han sido determinantes para el resultado final. Él lo reconoce y el autor del prólogo, Heitor Mera, lo constata y asegura que con su mirada "ajena y sensible" logra captar "lo que muchos gallegos vemos y vivimos, pero no miramos y menos, mucho menos, valoramos".
"Yo, como no soy de aquí, aunque lleve 20 años y sea medio gallego, tengo otra perspectiva. Cuando naces aquí no te das cuenta de lo que tienes, no lo valoras porque las cosas van desapareciendo poco a poco, no es una destrucción repentina, la cosa paulatinamente se va. Yo lo veo desde fuera y creo que por eso lo veo diferente", explica el fotógrafo.
Con esta distancia que ha querido poner entre el objetivo de su cámara y los paisajes y gentes retratados, ha conseguido imágenes con una visión íntima y, al mismo tiempo, respetuosa con una forma de vida creada por docenas de generaciones de labriegos y que está a punto de extinguirse,porque "no da para comer y hoy en día lo importante nos parece el dinero".
Paisajes, herramientas pero, ante todo, personas
El libro retrata las herramientas y el trabajo de las últimas explotaciones tradicionales del campo gallego y, en palabras de Mera, un paisaje "resistente, erguido y paciente a pesar de las innumerables fechorías perpetradas".
Ofrece una Galicia que el autor ve "individualista, pero de una forma distinta a la Inglaterra de la que yo venía, los gallegos tiene un sentido distinto de lo suyo, su casa, sus terrenos". Por eso, ha seleccionado fotografías en las que "el verdadero protagonista no es el paisaje, los carros, los molinos o las solanas, sino la dignidad de la gente que aún vive de la tierra".
Heitor Mera cree que la cámara de Colquoun logra captar "una mirada ingenua y candorosa, discreta y acechante, pues no está acostumbrada a que nadie les preste atención". Para el autor, "es como un pequeño cuadro" con el que ha querido "pintar unas pinceladas de cómo es la mayoría de la gente que trabaja en el campo".
Afición temprana, profesión tardía
'Galicia Rural', de Rinoceronte Editora a través de Morgante, es el segundo libro de fotografías Iain Colquhoun. Está formado en las artes gráficas y su vida profesional se ha volcado en el diseño de portadas y libros y en el mundo de la publicidad. Llegó en 1982 a Galicia, en 1983 se casó con una canguesa y en 1991 se asentó de forma definitiva en la comunidad pudo dar rienda suelta a su vocación.
La afición a la fotografía le viene de muy joven. Con sólo doce años su abuelo, fotógrafo en Swansea (Gales), le regaló una Kodak 'Brownie Box Camera' (cámara de caja), pero Galicia le inspiró: "Cuando tomo foto es una contemplación. Cada foto es un momento de meditación y la Galicia rural está llena de texturas y colores".
Recuerda que tomó su primera foto de esta región tan solo unos minutos después de que su avión aterrizase en el aeropuerto de Santiago de Compostela. "Era el año 1982 y ví a una mujer tirando por un carro de bueyes. Eso en Inglaterra había desaparecido 200 años antes y me impactó. La retraté", rememora.
El rural como una cultura de vida
Desde aquella primera foto no ha parado de recoger instantáneas de Galicia, desde la sierra de O Courel hasta las Rías Baixas, donde tiene fijada su residencia y donde ha aprendido a "ver el rural como una forma de vida, una cultura de vida. No es un medio de hacer dinero".
"Antiguamente no fue un medio de hacer dinero, sino un medio y un fin en sí mismo. En Galicia el hombre se vinculaba más con la naturaleza, pero ahora el hombre no tiene vínculos y tiene que darse cuenta de queestamos en un punto de inflexión en el que tenemos que elegir un camino porque estamos en un callejón sin salida. Necesitamos otro modelo social", reflexiona.
Al mismo tiempo, invita a la reflexión colectiva: "Tenemos que darnos cuenta de que el mundo come huevos y patatas, no tecnología. Galicia debe potenciar esto. Cada pueblo tiene que reconocer sus raíces y explotar sus recursos, no dejarlos caer en el olvido. Y Galicia tiene muchos recursos".
Opina que las cosas bien hechas en el pasado no se oponen al progreso y hay que mantenerlas. "Con la perspectiva de la historia, mirar atrás y mirar lo que había y renovarlo y potenciarlo es una actitud hacia la vida y hacia la naturaleza".
No hay comentarios:
Publicar un comentario