lunes, 23 de noviembre de 2009

ENTREVISTA EN LA OPINION A CORUÑA DE JULIO FERNANDEZ, PRESIDENTE DE FILMAX

Se considera todavía un “neno labrego”, un Balbino de A Fonsagrada, pero este hombre ha viajado y aprendido a crecer tanto que, hoy por hoy, se erige en santo y seña del sector audiovisual español con proyección internacional. Ahora mismo tiene entre manos varias películas, pero una de ellas le hace especial retintín: es The Way, protagonizada por Martin Sheen y dirigida por Emilio Estévez: “Es que en ella —dice— se ha producido una simbiosis perfecta con mi propia filosofía vital, que es la de proclamar a los cuatro vientos el orgullo de ser gallego. Martin y Emilio son descendientes de gallegos y también se sienten muy orgullosos de ello. O sea, que les pasa lo que a mí”.
–¿Cómo contactó con ellos?–Es que Filmax es una marca de referencia latina dentro de la industria audiovisual mundial, por lo tanto ellos nos conocían a nosotros como nosotros a ellos. El pasado verano, mientras estaba yo de vacaciones en Galicia, me presentaron el primer guión de la película que querían hacer y, como nos interesó, a partir de ahí se puso en marcha todo el engranaje que conlleva una producción de estas características. La verdad es que enseguida confraternizamos con el proyecto y todo se hizo muy rápido.
–¿Es cierto que tuvieron que modificar el guión a requerimiento de la Iglesia?–No sé si modificar es la palabra exacta. Primero ocurrió que hubo una serie de fallos en la traducción que condujeron a ciertas confusiones y después, bueno, sí que es verdad que nos sugirieron que cambiásemos algunos aspectos que podrían inducir a malas interpretaciones… Pero, solventado esto, ya no hubo ningún problema más.
–Bien, pues, solventada esta deuda con la actualidad más inmediata si le parece hablamos de… ¡Oiga! ¿Por qué a usted le gusta decir ‘industria del entretenimiento’ en lugar de ‘industria del cine’?–Porque es un concepto mucho más amplio que casa perfectamente con mi ideario en el sentido de que mi apuesta no es hacer una, dos o doscientas películas, sino poner en marcha todo un proyecto empresarial. Los buenos productos sólo pueden salir de buenos proyectos empresariales.
–Gracias por la aclaración, porque es que a lo mejor usted estaba de acuerdo con esos que dicen que, realmente, no existe una auténtica industria cinematográfica española. ¿O sí?–Pues claro que existe. Filmax, por ejemplo, se encuentra entre las diez empresas cinematográficas más visitadas del mundo por internet. Ahora mismo, sin ir más lejos, estamos rodando cinco películas a la vez, y eso supone alrededor de mil personas trabajando en nuestros proyectos. Si esto no es industria… ¡pues que alguien me lo explique! Lo que pasa es que, claro, no hay que cerrarse al mercado español, sino abrirse a todo el mundo ofreciendo, además, un producto especializado que, en nuestro caso, es el del cine de género fantástico, en el cual ahora mismo somos no te diría que los mejores, pero lo seremos ¿Sabías tú que Estados Unidos es nuestro principal cliente? Y después le sigue Asia, y de facto estamos en casi todo el mundo.
–Lo que pasa es que se escucha el clamor de que si no hay subvención, no existe cine español..–¿Las subvenciones? Claro, si no existiesen no existiría el cine, pero tampoco la prensa, las energías eólicas, los automóviles… ¿De qué estamos hablando? Toda la subvención que se otorga al cine español no llega ni para financiar una película pequeña americana…Por supuesto que necesitamos las subvenciones, pero lo que luego no se dice es la cantidad de personas que mueve el cine español y cómo a través de él se le da salida a miles de jóvenes licenciados en Audiovisual que, de no existir el cine, acabarían siendo unas personas frustradas en la vida. De eso, ya te digo, casi nadie habla, es como si no interesase… Yo tengo 400 empleados fijos y más de mil trabajando de forma sistemática y no viviendo del dinero público, como hacen los de las televisiones autonómicas, que esas sí que viven del dinero de todos nosotros. El cine necesita ayudas, llámale subvenciones si quieres, pero mucho menos de lo que las necesitan otros sectores industriales. Me parece indignante que se ataque con tanta frivolidad la industria audiovisual española cuando, hoy por hoy, somos la admiración de todo el mundo. Lo que pasa también es que los españoles somos así; somos los primeros en destruirnos a nosotros mismos, no hay manera de que creamos en nosotros, en nuestros talentos… ¡Parece que siempre es mejor lo de fuera!–
Si estuviese en su mano ¿qué criterios seguiría la política de subvenciones al cine? ¿Qué priorizaría? ¿El cine de calidad? ¿El de los cineastas jóvenes?–Mira, el cine ha de tener calidad siempre. Esa es la condición básica para que nos lo compren en el extranjero. Por lo tanto, la subvención ha de ir hacia aquel cine que sea bueno. Porque es que yo no creo en esa definición peyorativa del cine comercial: para que una película sea comercial también tiene que ser buena, debe conjugar el oficio con el talento.–Los anuncios contra la piratería audiovisual son tremendos: nos echan la culpa a los espectadores.
¿Cómo evitar la piratería?–De la misma manera en que se hace en Estados Unidos, en Alemania, en Francia… y otros países que en su momento se adelantaron y no esperaron a verlas venir como hemos hecho en España.
–¿Y es…?–Lo que ha dicho la Unión Europea: que hay que cortar internet. En ese sentido, los americanos están apretando las clavijas y le han dicho a España que ‘Hasta aquí hemos llegado’. Eso sí, mientras tanto, los gobernantes españoles con su pasividad han estado a punto de llevarnos a la ruina.
El resto de España está descubriendo últimamente que Galicia es toda una potencia actoral. ¿Qué piensa usted cuando escucha esto?–
Para mí no es ningún descubrimiento, obviamente. Yo siempre he creído en Galicia, primero porque es un auténtico plató de lujo, una maravilla para rodar, y, segundo, porque, efectivamente, ¡claro que hay muchísimo talento en Galicia! pero no sólo de actores y actrices, también de técnicos, de cámaras, de maquilladores…. Lo que pasa es que, ahora mismo, toda esa gente, si quiere trabajar, tiene que irse de Galicia, y eso es lo que habría que remediar con la puesta en marcha de una industria que haga posible un sistema continuado de producción.
–Sí, pero nadie se atreve…–Bueno, cuando yo puse en marcha el Cluster del Audiovisual gallego tenía en mente la idea de crear un triángulo Barcelona-Madrid-Santiago, pero confieso que eso ha quedado un poco en el clásico café para todos, en apuestas por hacer cosas pequeñas… Haría falta que se montasen dos o tres industrias potentes en Galicia que actuasen de locomotoras de todo un gran movimiento industrial para Galicia.
–No obstante, apuesto a que a usted le hubiese resultado mucho más barato montar Bren Entertaiment en Madrid o Barcelona que en Santiago…–¡Hombre, claro! Bren nació durante una visita a Filmax que habían hecho en su día un director de Televisión de Galicia y un cargo de la Xunta. A su regreso, estos dos se lo comentaro a Fraga, y fue Fraga quien me llamó y me convenció de que eso tenía que ir a Galicia.
Y cómo le convenció…–Con una serie de promesas que, bueno… Y, eso sí, pagando prácticamente el doble de lo que me iba a costar si la hubiese construido en Barcelona. Encima, y por si fuera poco, es que yo estoy teniendo que pagarles los viajes a los técnicos todos los días desde Barcelona, desde Madrid, desde París…. gente que viene a trabajar a Santiago. Esto sólo lo hacemos los que sentimos Galicia de verdad, los que creemos en lo mucho que puede dar de sí Galicia.
–Usted, como presidente de la asociación de los empresarios gallegos en Cataluña, es el principal impulsor de la creación de un lobby gallego. ¿Cómo va su ambiciosa iniciativa?–Los empresarios gallegos en el exterior hemos conseguido muchas cosas, como también lo han hecho los empresarios que residen en Galicia, pero creo que nuestro logro principal, nuestro auténtico lobby, ha sido el de proclamar nuestro orgullo por ser gallegos y el de conseguir que, por ser gallego, te traten bien en todo el mundo.
–No me regatee, la pregunta iba por otro lado menos sentimental…–Bueno, no te voy a negar que algo de individualistas sí que seguimos siendo… y, vale, ahora que estoy viviendo más tiempo en Galicia que hace años pues, qué quieres que te diga. ¡Hay que ver cómo fastidia la envidia de los gallegos!
–¿Cuál es la película de la historia del cine que a Julio Fernández le hubiera gustado producir?–Todavía me queda por hacer…
No, si le pregunto de las que ya se han hecho….–Pues ya que me muevo en el cine fantástico elegiría King Kong

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