PUBLICADO
21 de febreiro do 2005
La necesidad agudiza el ingenio, y el mejor ejemplo de este aforismo popular es el nuevo invento creado en el municipio lucense de A Fonsagrada, un artilugio que en los próximos meses podría empezar a verse en otros concellos gallegos con frecuentes problemas de nevadas.
Los miembros de Protección Civil del municipio lugués, afanados todo este invierno por la persistencia de las nevaradas y las placas de hielo sobre las carreteras, han ideado un remolque (en la foto superior) que incluye un esparcidor de sal preparado para transportar diez sacos de 40 kilos y un cajón adicional con otros veinte sacos. El mecanismo permite el reparto ininterrumpido de sal durante toda una mañana y desde un solo vehículo, una posibilidad que no ofrecen las motobombas, al carecer de espacio para almacenar una carga de sal de repuesto.
Para gobernar el invento fonsagradino, el conductor del todoterreno de Protección Civil lleva al volante un mando desde el que acciona el sistema y elige la cantidad de sal que quiere esparcir en cada momento sin necesidad de apearse del vehículo. La sal se deposita inmediatamente después de que pase la máquina quitanieves y cuando sólo queda la placa de hielo sobre la vía.
La necesidad agudiza el ingenio, y el mejor ejemplo de este aforismo popular es el nuevo invento creado en el municipio lucense de A Fonsagrada, un artilugio que en los próximos meses podría empezar a verse en otros concellos gallegos con frecuentes problemas de nevadas.
Los miembros de Protección Civil del municipio lugués, afanados todo este invierno por la persistencia de las nevaradas y las placas de hielo sobre las carreteras, han ideado un remolque (en la foto superior) que incluye un esparcidor de sal preparado para transportar diez sacos de 40 kilos y un cajón adicional con otros veinte sacos. El mecanismo permite el reparto ininterrumpido de sal durante toda una mañana y desde un solo vehículo, una posibilidad que no ofrecen las motobombas, al carecer de espacio para almacenar una carga de sal de repuesto.
Para gobernar el invento fonsagradino, el conductor del todoterreno de Protección Civil lleva al volante un mando desde el que acciona el sistema y elige la cantidad de sal que quiere esparcir en cada momento sin necesidad de apearse del vehículo. La sal se deposita inmediatamente después de que pase la máquina quitanieves y cuando sólo queda la placa de hielo sobre la vía.
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