El turismo de A Fonsagrada ya tiene desde este mes un nuevo aliciente. Los municipios asturianos limítrofes llevan años de ventaja a los de la montaña lucense en cuanto a infraestructuras turísticas, tanto las hosteleras, como las museísticas o las de puesta en valor del paisaje. Los pasos dados en los últimos años, especialmente en A Fonsagrada, van encaminados a un modelo de turismo capaz de ser complemento, no competencia, del que ya disfrutan en Grandas de Salime o Villanueva de Oscos.
La Consellería de Medio Rural acaba de realizar las obras de acondicionamiento del rebautizado como Camino da República, que transcurre por los montes vecinales de Miñide, en la parroquia fonsagradina de Vilar de Cuíña. Esta ruta circula en paralelo al embalse de Grandas de Salime.
Este camino fue hecho a mano en los años treinta y cuarenta del pasado siglo y servía para unir la villa de A Fonsagrada con la asturiana de San Antolín de Ibias. Destaca la vía por su valor histórico, etnográfico, ambiental y paisajístico.
El delegado de Medio Rural, Emilio López Pérez, visitó recientemente la ruta y destacó que este tipo de recuperaciones «teñen por obxecto acadar unha valorización integral dos recursos forestais, mediante a combinación de diferentes aproveitamentos, como é a madeira, o turismo, a recollida de castañas e de cogomelos ou o silvopastoralismo». Esto último es lo que pretende conseguir la consellería con los montes vecinales de Miñide.
El trazado del camino -que tuvo una partida de 42.319 euros para su mejora- abarca 18 kilómetros y tiene un tiempo estimado de recorrido a pie de unas cuatro horas, con una dificultad media. La ruta comienza el Liñares de Bidul y recorre las zonas de monte bajo, entre bosques autóctonos, ruinas de antiguas aldeas, fuentes, río y regatos. El Camino da República cuenta con puentes colgantes, antiguas capillas, hornos de fundición de hierro y termina en el Ponte de Villabol. Este tramo es el que está de momento acondicionado, pero si el caminante continúa al poco tiempo llega al límite municipal entre A Fonsagrada y San Antolín de Ibias, justo en la aldea asturiana de Río de Porcos.
Entre los puntos de interés de esta ruta destaca la antigua Ferraría, una fábrica en la se fundía el hierro hasta 1875. Todavía hoy se conserva una imponente chimenea. Antes de la mejora del camino, acceder a este horno era muy complicado debido a la abundosa zona forestal que impedía su visibilidad y accesibilidad.
Medio Rural ejecutó trabajos de reparación del trazado para posibilitar el tránsito de vehículos, además de rozas de matorral, instalación de barandillas y la sustitución de las pasarelas de madera en mal estado de conservación. Destaca la calidad de la obra realizada hace 80 años por cientos de trabajadores, ya que se pueden contemplar muro de tres metros en varios puntos del trazado.
La consellería ha publicado dípticos informativos sobre la ruta, en los que se resaltan los lugares de interés que atraviesa la ruta. También se han colocado paneles informativos a largo del camino. «Todos estes traballos son para poñer en valor un espazo forestal para o seu uso social e recreativo, sen modificar substancialmente as súas condicións iniciais e adaptarse a unha vía dun enorme valor histórico», señaló López Pérez.
La Consellería de Medio Rural acaba de realizar las obras de acondicionamiento del rebautizado como Camino da República, que transcurre por los montes vecinales de Miñide, en la parroquia fonsagradina de Vilar de Cuíña. Esta ruta circula en paralelo al embalse de Grandas de Salime.
Este camino fue hecho a mano en los años treinta y cuarenta del pasado siglo y servía para unir la villa de A Fonsagrada con la asturiana de San Antolín de Ibias. Destaca la vía por su valor histórico, etnográfico, ambiental y paisajístico.
El delegado de Medio Rural, Emilio López Pérez, visitó recientemente la ruta y destacó que este tipo de recuperaciones «teñen por obxecto acadar unha valorización integral dos recursos forestais, mediante a combinación de diferentes aproveitamentos, como é a madeira, o turismo, a recollida de castañas e de cogomelos ou o silvopastoralismo». Esto último es lo que pretende conseguir la consellería con los montes vecinales de Miñide.
El trazado del camino -que tuvo una partida de 42.319 euros para su mejora- abarca 18 kilómetros y tiene un tiempo estimado de recorrido a pie de unas cuatro horas, con una dificultad media. La ruta comienza el Liñares de Bidul y recorre las zonas de monte bajo, entre bosques autóctonos, ruinas de antiguas aldeas, fuentes, río y regatos. El Camino da República cuenta con puentes colgantes, antiguas capillas, hornos de fundición de hierro y termina en el Ponte de Villabol. Este tramo es el que está de momento acondicionado, pero si el caminante continúa al poco tiempo llega al límite municipal entre A Fonsagrada y San Antolín de Ibias, justo en la aldea asturiana de Río de Porcos.
Entre los puntos de interés de esta ruta destaca la antigua Ferraría, una fábrica en la se fundía el hierro hasta 1875. Todavía hoy se conserva una imponente chimenea. Antes de la mejora del camino, acceder a este horno era muy complicado debido a la abundosa zona forestal que impedía su visibilidad y accesibilidad.
Medio Rural ejecutó trabajos de reparación del trazado para posibilitar el tránsito de vehículos, además de rozas de matorral, instalación de barandillas y la sustitución de las pasarelas de madera en mal estado de conservación. Destaca la calidad de la obra realizada hace 80 años por cientos de trabajadores, ya que se pueden contemplar muro de tres metros en varios puntos del trazado.
La consellería ha publicado dípticos informativos sobre la ruta, en los que se resaltan los lugares de interés que atraviesa la ruta. También se han colocado paneles informativos a largo del camino. «Todos estes traballos son para poñer en valor un espazo forestal para o seu uso social e recreativo, sen modificar substancialmente as súas condicións iniciais e adaptarse a unha vía dun enorme valor histórico», señaló López Pérez.
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